Pantoja pide salir de la cárcel por el riesgo de «incapacidad laboral»

Cuando falta menos de un mes para que cumpla su primer año entre rejas, Isabel Pantoja vuelve a la carga para conseguir el tercer grado que le permita salir de la cárcel de Alcalá de Guadaíra, donde purga una condena de 24 meses por blanquear dinero de su expareja Julián Muñoz. La tonadillera considera que está en «riesgo de incapacidad laboral» por la dificultad para la recuperación de su voz, que es su «herramienta de trabajo», debido a la prolongada estancia en prisión.

La cantante ha presentado un escrito ante la dirección de la cárcel en el que solicita la convocatoria «urgente» de una junta de tratamiento para progresar del segundo al tercer grado y saldar lo que le resta de condena lejos de una celda. Pantoja, representada por su abogado, Carlos Esteban Romero, pretende forzar a la prisión a que adelante la fecha de revisión, prevista para el próximo mes de enero, al considerar que se han producido cambios en su situación desde la última junta, celebrada en julio, en la que se le denegó la semilibertad en una reñida votación (empate a tres) que decantó el voto de calidad de la directora del centro.

La artista resume en el documento, fechado el 13 de octubre, esos «cambios o novedades» en el periodo de cumplimiento de la pena, que el 21 de noviembre llegará a la mitad y que, a su juicio, excede los límites de la reinserción y se está convirtiendo en un «verdadero castigo»; en que ha disfrutado ya de seis permisos (tres ordinarios y tres extraordinarios) sin incidencias; y en su estado de salud. Pantoja recuerda el episodio que sufrió el pasado agosto, cuando estuvo hospitalizada por «una enfermedad patología renal ocasionada por el exceso de estrés vivido en el internamiento que me obliga a mantener una dieta y administración farmacológica que debe ser valorada suficientemente para aprobar el régimen de semilibertad», señala en su escrito.

La tonadillera no sólo alude a su estado físico, sino también a su salud laboral. Vuelve a plantear a la prisión que está en «grave riesgo de sufrir atrofia vocal y vicios fonatorios» que no se traten debidamente y que pueden hacer más «tortuosa» su incorporación al trabajo, o incluso llevarla a la «ruina personal y económica a ella y a su familia».

Aparte de esos cambios en su situación desde la última junta de tratamiento, Pantoja enumera 28 puntos que según ella reúne y que están dentro de los requisitos que contempla el reglamento penitenciario para acceder al tercer grado. La cantante recalca a la dirección de la prisión que es su primer delito y además es ocasional, que la actividad delictiva empezó a una edad tardía, es una condena corta, buena conducta, ausencia de adicciones, renuncia a la actividad delictiva, sin riesgo de fuga, evolución positiva del programa de tratamiento y actividades, pago de la multa, arrepentimiento y «pleno cumplimiento de los principios de prevención general del delito». Pantoja revela que se le ha diagnosticado una «depresión ansiosa» en la cárcel y, para convencer a la prisión, asegura que tiene «apoyo familiar incondicional», con una familia normalizada y vinculante a la que necesita atender.

La dirección de la cárcel tendrá que decidir ahora si atiende su solicitud y convoca una junta urgente para evaluar su caso. Hay que recordar que el juez de Vigilancia Penitenciaria ya ha denegado dos veces los recursos de la artista contra las decisiones de la prisión sevillana de no concederle el tercer grado. El juez consideró que «aún no está capacitada» para la semilibertad. Y que las dificultades para volver a cantar no son un requisito.