Secciones
Servicios
Destacamos
JOAQUINA DUEÑAS
Sábado, 15 de agosto 2015, 23:59
No se puede entender la historia de Marbella y, especialmente, de la noche marbellí, sin la figura de Olivia Valère, una mujer enérgica y decidida que llegó a la ciudad hace ya 30 años y se convirtió definitivamente en la reina de la noche. Por su casa han pasado todas las celebridades que pisaban esta tierra. Cuando llegó a la Costa del Sol era empresaria y madre de tres hijos adolescentes. «Entonces trabajaba 18 horas al día, estaba siempre concentrada en mi trabajo y no tenía tanto tiempo», afirma con un matiz de melancolía.
Ahora es diferente, una mirada un poco más allá de lo obvio descubre en el espléndido jardín de su casa en Guadalmina Baja una pelota en un rincón, un coche de juguete aparcado tras un muro o un caballito de madera. «La gente snob siempre usa eso de granny o grandma, pero a mí me gusta que mis nietos me llamen abuela, me llena el corazón», dice.
Esta mujer que ejerce de abuelita entrañable de sus siete nietos y que adora estar entre fogones, es una de las empresarias más relevantes de la Costa del Sol y si bien lamenta no haber dedicado más tiempo a sus hijos, tan mal no debió hacerlo al constatar que los tres han seguido sus pasos y están involucrados en el negocio familiar.
El 4 de julio de 1985 abría su primera discoteca en Gray DAlbión de Puerto Banús y Valère recuerda ese día como un hito en su carrera profesional: «Quedé muy sorprendida cuando comprobé que la gente peleaba por venir a la apertura, Puerto Banús colapsado de coches para la inauguración y conocí a mucha gente importante, entre ellos a Jaime de Mora y Aragón, uno de los mayores caballeros que he encontrado».
Aquella joven Olivia no llegó sola a la ciudad. Su primera visita a Marbella fue de la mano de sus amigos Raymond Nakachian y Kimera. «Yo conocí a Kimera en Francia, donde también regentaba una discoteca, ella era allí muy famosa y teníamos muy buena relación. Entonces me invitaron al su cumpleaños en Marbella y así fue como llegué aquí por primera vez», relata. Desde entonces su relación con la ciudad ha sido muy intensa. El 25 de julio del 2000 inauguró su último local, la discoteca más emblemática, edificada en 70 días. Por su casa han pasado personalidades de todo el mundo, desde Alberto de Mónaco, «que no quería marcharse», sonríe, hasta Bruce Willis, Naomi Campbell, Eva Longoria, Camilo José Cela o Antonio Banderas que este mismo verano ha celebrado allí el cumpleaños de su actual novia, Nicole Kimpel.
«Una anécdota muy divertida nos pasó con Prince en 1997 cuando él vivía aquí. Vino a la discoteca y decidió entrar en la cabina y ponerse a pinchar música. Al principio todo fue genial, pero cuando llevaba un rato pinchando sólo su música los clientes empezaron a quejarse y lo tuvimos que sacar de allí», dice entre risas. Y sin falsa modestia llega a afirmar que «visitar Marbella y no pasar por Olivia Valère es como ir Roma y no visitar el Vaticano».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.