Mamen Moreno.

Mamen Moreno: «Lo que peor he llevado son las injusticias sociales que existen»

La marbellí, empresaria en Córdoba (Argentina), se marchó hace cinco años al país donde explota junto a su pareja una fábrica de milanesas de soja

Nieves Castro

Martes, 7 de julio 2015, 00:53

Mamen Moreno (Marbella, 1970) ha cubierto más de 10.000 kilómetros para sacudirse el estrés y dar rienda suelta a una de sus grandes pasiones: la gastronomía. La marbellí, asentada en Córdoba (Argentina), es propietaria junto con su pareja, Demián, de una fabrica de milanesas de soja. Mamen, la menor de cuatro hermanos, siempre tuvo inquietud por vivir fuera de España, pero la puntilla para hacer las maletas y probar suerte fuera de su tierra fue la crisis. «Tenía una tienda de moda, pero entre que no iba tan bien como yo esperaba y que me quería ir, decidí cerrarla», cuenta. Con 40 años recién cumplidos y sin un horizonte laboral definido, pensó que había llegado la hora de cumplir su sueño. La elección del destino fue fácil, la ciudad natal de su novio.

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Mamen compatibiliza su labor empresarial con su faceta como escritora de microrrelatos, en los que plasma su experiencia argentina en clave de humor. Una tarea que, aun siendo una afición, le ha reportado algún que otro premio. «Siempre me ha gustado escribir pero me lo empecé a tomar en serio aquí», explica. Encontró en la página en blanco la manera de volcar todas sus vivencias, las buenas y las malas. Mamen le ha cogido el gusto a su faceta escritora y ahora también hace un blog sobre moda m8coolhunter.blogspot.com porque puede que la crisis maltratara la cuenta de resultados de su boutique española, pero no cercenó su gusto por los diseños de pasarela.

Tras casi cinco años viviendo en La Docta sobrenombre por el que se conoce a Córdoba por haber albergado la primera universidad del país, se siente feliz. Pero, como ella misma reconoce, no siempre ha sido así. Llegó a finales de 2010 y nunca olvidará aquel primer impacto al toparse con una ciudad cara y masificada, la más grande de Argentina después de Buenos Aires. «No me gustó la primera impresión. Era diferente a como la había visto tres años antes cuando fui de vacaciones», explica. «La adaptación fue terrible prosigue. Todos pensamos que españoles y argentinos somos iguales y quizá eso sea lo que más te choca. Tenemos diferentes idiosincrasias, pero lo que peor llevaba era las injusticias».

Por suerte, Mamen no cruzó el charco sola, sino en compañía de su novio. Ríe cuando se le pregunta si se fue por amor. «El amor me lo llevé puesto», bromea. «A Demián lo conocí en Marbella, cuando vino de Argentina para vivir en España definitivamente hasta que yo lo traje de vuelta a su ciudad».

Cuenta que jamás olvidará la primera injusticia social a la que se enfrentó. «Fui al banco y me encontré unas colas interminables, estuve horas de pie esperando. Me llamó muchísimo la atención que la inmensa mayoría eran discapacitados y entonces pregunté. Esas colas ocurren todos los primeros de mes. Las familias con personas discapacitadas tienen que ir a cobrar por caja las ayudas que les da el gobierno. Pero lo peor es que tienen que ir con la persona discapacitada. Vi a las madres mayores cargando a cuestas durante todas esas horas a sus hijos con parálisis cerebral, porque la gran mayoría no tiene ni para silla de ruedas».

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Mamen regresa a España por Navidad para reunirse con la familia y degustar los sabrosos platos caseros. Y es que confiesa que lo que más añora de España, además de sus «afectos», es la comida. De los argentinos destaca lo «sociables» que son. Afirma que esta es la gran similitud con los españoles, junto con la percepción de corrupción que ellos también tienen. «Se quejan de la corrupción pero no actúan organizadamente», resuelve.

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