Sotogrande, el descanso del lujo discreto

Durante décadas Sotogrande ha sido y es, refugio estival de numerosos miembros de la sociedad como Jaime de Marichalar o Ana Rosa Quintana. Nombres de reconocido prestigio por su andadura empresarial y profesional se han dado cita en este enclave de la costa andaluza buscando tranquilidad y discreción. Y bien que la han encontrado en una urbanización construida al más puro estilo americano. Por sus calles puedes imaginar el rodaje de cualquier teleserie estadounidense que, en contrapunto, tienen nombres como Rodrigo el Godo o Sancho el Mayor.

Un tipo de urbanismo creado para desplazarse en coche, de avenidas amplias y rectas con mansiones a uno y otro lado de la carretera, alejado del urbanismo tradicional de la zona, con pueblos blancos de callejuelas sinuosas y paredes encaladas, herencia del pasado judío y musulmán. Y entre una calle y otra, nada, ni tiendas, ni supermercados, ni kioscos... Una zona estrictamente residencial donde son muchas las familias que viven de puertas para adentro, lo que confiere al lugar su fama de discreción.

Sus calles están prácticamente desiertas en invierno y es fácil recorrerlas sin cruzarte con nadie, pero con la llegada del verano, especialmente con el estreno de agosto, se convierten en un hervidero de turistas ocasionales y de familias que acuden a descansar a sus residencias de verano. Es entonces cuando los alrededores de los centros de reunión de Sotogrande se plagan de vehículos y los arcenes se llenan de bicicletas, porque allí también hay donde dejarse ver y hacerse notar si se quiere, especialmente el polo y el puerto.

Los lugares de reunión más animados son aquellos que se erigen en torno a piscinas y junto a la playa como el Octógono Club, en cuyo entorno pueden encontrarse algunas de los locales comerciales del lugar o el recién estrenado Trocadero, en el antiguo club social El Cucurucho, que ya se ha convertido en referente en su semana de vida.

Es un destino tranquilo que eligen apellidos como Botín, Entrecanales, Domecq o, incluso, miembros de la realeza británica. Entre sus habituales se encuentran muchos amantes del deporte ya que es fácil encontrar instalaciones para la práctica del pádel o del tenis y, por supuesto, de la navegación, con el puerto de Sotogrande, inaugurado en 1987 en el margen derecho del río Guadiaro, con tiendas y restaurantes y que cuenta con 1.100 amarres para embarcaciones de entre 6 y 60 metros de eslora. Insuficiente para algunas de las últimas grandes fortunas que han arribado a la costa gaditana de la mano del polo, como la del acaudalado James Packer, que parece mantener una relación la modelo Miranda Kerr, cuyo barco, un rompehielos customizado, no cabe en el puerto. Junto al polo, el otro deporte rey para los asiduos a Sotogrande es el golf, con cinco campos, uno de los cuáles, el Valderrama, cuenta con renombre internacional. Un enclave tranquilo que eligen parejas como la formada por Alejandro Agag y Ana Aznar, Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas o la modelo Inés Sastre.