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Héctor Barbotta
Martes, 27 de mayo 2014, 11:15
Vuelco electoral, toque de atención a los grandes partidos, confirmación de la complejidad electoral de la ciudad de Marbella y señales de que se puede estar frente a un momento bisagra. El Partido Socialista consiguió el pasado domingo una significativa victoria al sacar una ventaja de 101 votos sobre el Partido Popular. Los socialistas obtuvieron un 29,23 por ciento de los votos frente al 28,90 del PP. Pese a que se trata de una ventaja mínima, menos de medio punto porcentual, el resultado es significativo porque supone un vuelco electoral. Hacía 10 años que los socialistas no ganaban una elección en Marbella
Después de un largo periodo de victorias, el PP de Marbella se enfrenta ahora a la necesidad de renovar su discurso si pretende acudir con posibilidades a las elecciones municipales del año próximo. Tras siete años en los que exhibió una clara hegemonía política con una propuesta basada en la regeneración ética del Ayuntamiento, la recuperación de la imagen de la ciudad, el reordenamiento de las cuentas municipales y la denuncia del abandono institucional por parte de la Junta de Andalucía, los resultados del domingo revelan que las señales que indicaban que ese discurso podía estar agotado eran ajustadas.
El equipo de gobierno municipal se ha enfrentado en lo que va de año a una sucesión de debates incómodos -entre ellos la propuesta de levantar rascacielos, la tala de árboles en el centro o la intención de construir una estación de autobuses frente a un colegio público en San Pedro- en los que no ha sabido mantener la iniciativa y ha puesto en evidencia su falta de impulso político.
Pese a ello, el PP consiguió mantenerse el domingo como fuerza mayoritaria en tres de los cuatro distritos electorales de la ciudad: Las Chapas, Marbella y Nueva Andalucía, pero sucumbió en San Pedro, donde el PSOE consiguió una amplia ventaja de diez puntos y más de 750 votos de diferencia. San Pedro, tradicional bastión socialista y distrito especialmente castigado por la crisis económica, se había convertido en los últimos años en una cantera de buenos resultados para el Partido Popular que no se han repetido en esta ocasión. El PSOE ha conseguido este resultado después de quedar en las últimas municipales como tercera fuerza política en ese distrito, por detrás del PP y de los independientes de Opción Sampedreña.
En el centro de Marbella, el PP se impuso por más de 200 votos, y en Las Chapas, por casi 400, mientras que en Nueva Andalucía hubo una situación de empate técnico, con menos de 30 votos en favor del PP, pero en San Pedro los socialistas sacaron una amplia diferencia que fue definitiva.
La victoria electoral del PSOE, sin embargo, se produjo en un contexto general en el que, al igual que en el resto del país, los electores dieron un serio aviso a los dos grandes partidos. En Marbella, más de la mitad de los votos emitidos fueron a opciones diferentes a las de socialistas o populares, frente a los resultados de las anteriores elecciones europeas, celebradas en 2009, cuando ambos partidos sumaron más de 88 por ciento de los sufragios.
La alcaldesa y líder del PP, Ángeles Muñoz, atribuyó ayer parte de este pésimo resultado para su partido a la alta abstención, aunque la participación fue superior en casi tres puntos a la registrada hace cinco años: 35,77 por ciento frente al 33 por ciento de 2009. Con 1.140 votos más depositados en las urnas que hace cinco años, los populares se dejaron en el camino un 30 por ciento de los apoyos recibidos en 2009, mientras que los socialistas sufrieron una sangría menor, aunque también significativa, del 19 por ciento.
El aumento de la participación, sumado al citado castigo propinado a los dos grandes partidos, tuvo beneficiados diversos: Izquierda Unida triplicó largamente sus votos, al pasar de 958 a 3.460 sufragios, y UPyD obtuvo un aumento de sus apoyos en la misma línea, al pasar de 796 a 2.673 votos.
Nuevos actores
Los nuevos actores políticos también irrumpieron con fuerza en Marbella: Podemos se quedó a solo dos votos de alcanzar los 2.000, y Ciudadanos cosechó 698 sufragios.
La diferente naturaleza de las convocatorias electorales, la ausencia de estructuras políticas locales que puedan sustentar en unas elecciones municipales los resultados obtenidos por las fuerzas emergentes y la presencia en San Pedro de Opción Sampedreña (OSP), una formación política con arraigo que en las últimas municipales obtuvo 4.500 votos y tres concejales, hacen imposible proyectar estos resultados con vistas a las elecciones locales que esperan dentro de un año. Sin embargo, la magra cosecha de las urnas supone un serio aviso para el Partido Popular, la formación que ha gobernado el Ayuntamiento de Marbella en los últimos siete años, desde que la desaparición del GIL puso broche a una etapa política de tres lustros.
Con la experiencia de lo sucedido en otros municipios de la Costa del Sol como Torremolinos y Fuengirola, en los que el Partido Popular lleva casi dos décadas afianzado sin claudicar en ninguna cita electoral, en el PP existía la expectativa de convertir a Marbella, la segunda ciudad de Málaga por peso demográfico y con una gran proyección mediática más allá de los límites provinciales, en un bastión de similar solidez. Sin embargo, tras el triunfo logrado en 2007 por Ángeles Muñoz, cuando obtuvo 16 de los 27 ediles en liza, ya en 2011 el PP sufrió un aviso del electorado al perder un edil en un contexto general en el que sus siglas barrían no solo en la Costa sino también en el interior de la provincia y en casi todo el país.
En aquel momento, desde el PP se atribuyó la caída a la desmovilización de sus votantes causado por una excesiva confianzaen un resultado previsiblemente favorable.
Sin embargo, los resultados del domingo, que suponen un nuevo mapa político con un empate técnico entre los dos principales partidos, el crecimiento de Izquierda Unida y la irrupción de nuevos actores, obligan a buscar nuevas explicaciones.
Ayer, Muñoz reconoció que su partido no fue capaz de movilizar al electorado, y dijo que es necesario estudiar el resultado para encontrar los motivos «de esa falta de participación y por lo tanto la caída del apoyo al PP». Aunque advirtió de que los resultados del domingo no son extrapolables a unas elecciones municipales, sí reconoció que en estas también hay carga ideológica, ya que también en las elecciones locales suma lo que aporta la marca partidaria.
El portavoz socialista, José Bernal, fue comedido a la hora de hablar de la victoria obtenida por su partido, y coincidió en que los resultados no son extrapolables
Por el lado de Izquierda Unida, por el contrario, no se ocultó la euforia. El portavoz, Enrique Monterroso, sí se atrevió con las proyeccionesy vaticinó que Ángeles Muñoz «ha sufrido un batacazo que no será capaz de levantar en las próximas elecciones municipales».
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