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Fangoria es el principal reclamo para el festival de Ojén.
El dilema de julio: ¿Ojeando o Weekend Beach?

El dilema de julio: ¿Ojeando o Weekend Beach?

El veterano festival indie comparte fechas con una nueva y ecléctica cita musical, pero todos los caminos llevan a la buena música

ISABEL BELLIDO

Jueves, 19 de junio 2014, 12:53

Son muchos los que ya tienen marcado con rotulador rojo el primer fin de semana de julio en la agenda o el calendario. Pero también son bastantes los que aún no han decidido qué camino tomar: si a Ojén o a Torre del Mar. Y es que, tras dos años colgando el cartel de sold out, Ojeando Festival, en su octava edición, se ha consagrado como encuentro indie que ahora debe compartir fecha con un recién llegado que apunta fuerte: el Weekend Beach, un festival con gran presupuesto que aúna diferentes estilos y grandes nombres en la Playa de Poniente de Torre del Mar.

Por una parte, del Ojeando ya se ha dicho casi todo lo que se podía decir. Lo de la convivencia durante un fin de semana entre gafapastas y vecinos churrucos, lo distinto que es celebrar un festival a lo largo y ancho de un pueblo y no en grandes carpas o en un recinto ferial, lo de sus largas cuestas y casas blancas. "Ojeando no es ya solo un festival: es una marca". Así lo asegura Estefania Merino, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ojén y responsable directa del Ojeando Festival. Antes de colgar el cartel de sold out durante dos veces consecutivas, pasaron por el Escenario Patio Nacho Vegas, Lori Meyers, Los Planetas y Russian Red. Cuando aún era gratis. Cobrando 20 euros por el abono (y nada por el camping), lograron vender las 15.000 entradas disponibles. Pero este año ha subido mínimamente el precio (5 euros) y ahora sí cobran la zona de acampada, y por adelantado.

El festival requiere esta subida, dice Israel Olivera, responsable de comunicación del Ojeando Festival. Todas las mejoras que intentamos introducir tienen que ver con la comodidad, la higiene y la seguridad. Si queremos que el festival esté mejor, necesitamos más ingresos. Este año, Fangoria e Izal encabezan el festival y estarán acompañados por La Habitación Roja, Delafé y las Flores Azules, Sidonie, entre otros. Y por el Weekend Beach Festival, el festival de música de Torre del Mar que mezcla rock, mestizaje, reggae, rap, electrónica e indie.

Por 29 euros (o 39, en el caso de que el asistente decida acampar en la Playa de Poniente) es posible ver y escuchar en directo a Eskorzo, Fuel Fandango, El Puchero del Hortelano, Boikot, Loquillo, Depedro, Rosendo, Mago de Oz, Love of Lesbian, Les Castizos y La Musique DOrdinateur entre muchos otros. Es la oferta del Weekend Beach Festival frente la del Ojeando Festival, que, pese a las aparentes adversidades, ya lleva vendidos más de 1000 abonos. El Ojeando Festival es especial, muy distinto, y tiene un público muy fiel, dice Olivera.

El responsable de comunicación del festival atribuye el éxito de este año al reclamo de Fangoria, que es enorme. Lejos de desentonar con el resto de carteles de distintas ediciones del Ojeando Festival, como piensan algunos de sus parroquianos, Olivera defiende esta propuesta. Nos ha sorprendido la reacción de alguna gente, dice. Resulta curioso que nadie se plantee que Los Planetas publiquen en una multinacional y sigan siendo indie, y que Fangoria publique en Subterfuge, el sello indie por excelencia de España, y todo el mundo se cuestione si es indie o no, reflexiona Olivera.

Fangoria es indie y va a seguir siendo indie. Que se consume a mares y que el personaje de Alaska tenga otras referencias en programas de televisión y prensa hace que el grupo sea más conocido, pero no que sea menos indie, continua. Y es que Olvido Gara y Nacho Canut llevaban sobrevolando el cartel del Ojeando algunos años. No ha sido la primera vez que hemos intentado traer a Fangoria, confiesa. Otros años, por cuestiones de presupuesto, fechas o intereses, no hemos podido.

En época de crisis económica, el presupuesto municipal dedicado al Ojeando, lejos de bajar, ha subido un poco, superando levemente los 80.000 euros. Hemos subido el presupuesto porque creemos que la apuesta es importante, dice la Concejala de Cultura. Sin embargo, el festival es deficitario para el Ayuntamiento de Ojén. Tenemos un presupuesto de 80.000 y normalmente nos sale por 40.000 euros, pero sigue aportando al Ayuntamiento al menos un 50 por ciento. Pero Estefania Merino asegura que su intención no es sacarle partido económico. Es un dinero bien gastado. Incentivamos la economía del pueblo y la gente viene a conocer Ojén: eso compensa con creces el gasto.

Tras colapsar el camping (el primer año había 74 tiendas, el segundo se podían contar 250), agotar entradas durante dos años seguidos y consolidarse como un gran festival indie en Andalucía, la organización es consciente de sus propias fronteras. Las limitaciones que tiene el Ojeando son las limitaciones que pone la propia orografía de Ojén. No podemos establecer más zonas de acampada, pero queremos gestionar mejor el espacio que tenemos, dice Olivera. Somos lo que somos: somos un festival medio y nos queremos quedar como un festival medio, añade.

Pero el Weekend Beach Festival y su más que atractiva y variada oferta también asoma. Los organizadores del Ojeando no saben aún cómo les afectará la competencia. Aunque otras propuestas sean bienvenidas, nosotros tenemos que defender nuestra propuesta, que es la propuesta de tres mil vecinos que apuestan por un festival de música independiente.

El argumento definitivo de este festival que apuesta por el indie nacional es claro, y el responsable de comunicación del festival incide en él, basándose en hechos reales. Que Loe Of Lesbian esté tapeando en uno de los bares de Ojén, duerman y paseen por el municipio y que la gente se pueda sacar fotos con ellos Eso es impagable, dice Olivera, rememorando el Ojeando de hace ya dos años, cuando los catalanes fueron cabeza de cartel. Por eso Ojeando es diferente, porque se hace aquí, sentencia.

Pero el Weekend Beach Festival también planea distinguirse. Pues, según Fátima Rodríguez, responsable de contratación artística de este evento musical, es el primer festival destinado a todos los públicos que se organiza en la provincia de Málaga. Los organizadores llevaban bastantes años tras el proyecto, concretamente, desde que desapareció el mítico Espárrago Rock, allá por el 2011, cuando ya se llamaba Fiesta del Espárrago Verde.

Tras tener varios encuentros con otros ayuntamientos, a mediados de 2013 tuvimos una reunión con el de de Vélez Málaga, cuenta Rodríguez. Para Emilio Martín, teniente alcalde de la localidad, fue alguna especie de flechazo sonoro. Fui al Dream Beach Villaricos, me gustó el festival y decidí traerlos, explica el político sobre el festival hermano, ya que comparten mismo director (Francisco Toro) y entorno. La diferencia sustancial, claro, está en el cartel, ya que el festival almeriense está especializado en música electrónica.

En Andalucía hay pocos festivales eclécticos, los demás siguen una misma línea, asegura Fátima Rodríguez. De esta manera, el Wekeend Beach Festival busca vender hasta 25.000 abonos con su propuesta a base de mestizaje, rock, techno, house, dubstep, hip hop, reggae e indie. Su referente es el festival Etnosur, donde tienen cabida todos los estilos, apunta Rodríguez.

Weekend Beach Festival cuenta, además, con un gran presupuesto: 600.000 euros, más 30.000 que aporta el Ayuntamiento de Vélez Málaga. Así, la gran parte del dinero total es privada, al contrario de lo que ocurre con el Ojeando. Sobre este festival y otras citas musicales del concurrido mes de julio (como el 101 Sun Festival), la organización insiste en que no tenían conocimiento de algunos eventos que han ido surgiendo. No queremos competir con nadie, dice la responsable de contratación artística del festival, que además admite que sí que tuvieron en cuenta el Mundial de fútbol. Estaban todos los fines de semanas ocupados por una cosa o por otra, continúa. Hay público para todos los estilos, y nosotros no tenemos el festival enfocado a una localidad, dice, refiriéndose al Ojeando, tan vinculado al pueblo de casas blancas donde tiene lugar.

Aún quedan abonos. Rodríguez afirma que las ventas van bien. Tal y como esperaban. Emilio Martín, por su parte, confía en el gran empujón que el festival va a dar al comercio y la hostelería de Torre del Mar, así como al turismo. Esperamos que vaya bien y que tenga continuidad. No queremos quedarnos aquí, dice, muy seguro.

Junto a estos dos, otros muchos festivales auguran un cálido y concurrido verano en Málaga, pues nunca ha habido una concentración similar. Fuengirola Pop Weekend, 101 Sun Festival, Canela Party, Terral y Starlite son algunos de los que conforman las citas de julio y agosto. La disyuntiva se hace mayor, pero lo cierto es que todos los caminos, en este caso, llevan a la música.

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