El Yantar, auténtica cocina del mar

Al frente de este negocio eminentemente familiar está Francisco García, ayudado por Candelaria, su madre, en la cocina. La apabullante oferta que cada día tienen de todos los productos de kilómetro 0, es decir, de lo que se pesca en los alrededores o de lo que producen los huertos de la Axarquía, han hecho de esta casa todo un referente, en particular con el pescado y marisco. Estos productos, cuando están recién pescados, saben mejor y esto no es sugestión. La textura de unos boquerones muy frescos, o de unas gambas todavía vivas, no es la misma que la que tienen estos mismos productos cuando llevan más de 24 horas capturados. En El Yantar siempre vamos a tener la garantía de esa frescura que proporciona la lonja de la Caleta de Vélez.

Basta con echar un simple vistazo para darnos cuenta de todo lo que Francisco atesora en su cocina; conchas finas, cigalas que impresionan por su tamaño y grosor del tronco, quisquillas, gambas de diversas procedencias que llegan a la mesa perfectamente diferenciadas para que sea el propio comensal quien haga la distinción atendiendo a su personal gusto. Una manera didáctica de explicar que no todo lo que se pesca en el mismo mar y siendo la misma especie tiene que tener el mismo sabor y textura. Personalmente me encantaron las gambas por la cantidad de matices que se apreciaban entre los dos platos dado su origen.

Dejando a un lado la constatada calidad de todos los productos, incluida esa fritura vegetal que no tenía ni un solo 'pero', tanto por su sabor como por la calidad de las hortalizas y la manera de freírlas, lo mismo ocurrió con las gambas de cristal con huevo. Donde sí encontré ciertas discrepancias es en los puntos de fuego a la hora de planchear unas cigalas u hornear un pescado de tamaño como el rodaballo. La jugosidad de las cigalas contrastaba con la sequedad por exceso de calor del pescado. Creo que lo mejor es insistir a la hora de la comanda cómo queremos los puntos de los productos.

Pero si la calidad del pescado y marisco está fuera de toda duda, la carta de vinos, champagnes y generosos incluidos sorprende, alrededor de 200 referencias y a precios muy normales. Aquí sí que da gusto descorchar más de una botella.

El punto de calor es fundamental si se quiere disfrutar de todo lo que encierra un pescado, llamado en su día faisán del mar. En esta ocasión llegó pasado de punto y falto de esa gelatinidad tan propia de esta especie.

Dos características de este gran plato son el sabor y la untosidad. Unas gambas, muy bien fritas, con el potente sabor del huevo se funden en un bocado único y crujiente.

El punto de calor es fundamental si se quiere disfrutar de todo lo que encierra un pescado, llamado en su día faisán del mar. En esta ocasión llegó pasado de punto y falto de esa gelatinidad tan propia de esta especie.