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Los vendimiadores tienen que trabajar en pendientes de hasta 45 grados, a pleno sol. E. CABEZAS

Málaga vive la vendimia de la incertidumbre por el Covid-19

Los viticultores esperan recoger cuatro millones de kilos de uva, aunque el parón de la hostelería hará caer los precios y complica las ventas, por lo que buscan mercados en el exterior

Sábado, 15 de agosto 2020, 00:46

Bernardo, Salvador, Pepe, Francisco y Paco conforman una de las cuadrillas de vendimiadores que tienen encomendado recoger, hasta el mes de octubre, los 110.000 kilos de uva que tiene previsto recolectar este año la Bodega A. Muñoz Cabrera (Dimobe) de Moclinejo, una firma fundada ... en 1927 y que elabora una treintena de caldos dentro de las denominaciones de origen de Málaga y Sierras de Málaga.

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Cuando el calor aprieta, en pleno corazón de la Axarquía malagueña, la mascarilla frente al Covid-19 resulta de lo más incómoda, por lo que estos trabajadores admiten que les cuesta «horrores» llevarla puesta durante las más de ocho horas de faena que tienen por delante. En pendientes de hasta 45 grados, en las que hasta a un burro o a un mulo les cuesta moverse, estos hombres tienen que esforzarse por recoger con mimo y esmero el preciado fruto de las vides de la moscatel de Alejandría, en un año marcado por la incertidumbre para el sector vinícola malagueño como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

No en vano, el frenazo de las ventas en la hostelería ha llevado el temor a un desplome de los precios en origen de las uvas, por la dificultad para dar salida a los caldos. «De momento, estamos vendimiando bien, embotellando vinos de años anteriores, aunque es verdad que el mercado está muy parado, nuestra alternativa es intentar vender más fuera«, confiesa Juan Muñoz, nieto del fundador de la bodega de la Axarquía.

Así, en las últimas semanas han conseguido cerrar la venta de 480 cajas para Taiwán y 120 para los Estados Unidos, «aunque nuestro fuerte es la provincia y parte de Andalucía», admite con preocupación el bodeguero de Moclinejo. A pesar del panorama tan adverso, junto su hermano Antonio y sus hijos, continúan «ilusionados» con nuevos proyectos de vinos, como el Tartratos, el primer espumoso de moscatel elaborado con el método 'brut nature', que lanzaron al mercado por primera vez en 2015. Dimobe esperar elaborar este año un total de 130.000 botellas, mientas que con Viñedos Verticales, la firma que han creado junto al enólogo de origen valenciano Vicente Inat, esperan sacar al mercado 30.000 envases.

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En las 36 hectáreas de las que se abastecen, propiedad de 29 viticultores, la familia Muñoz Cabrera cultiva otras variedades de uva, además de la moscatel de Alejandría, como la romé o la Pedro Ximenez. «En esta zona de La Indiana es donde se inició la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX, en pocos años todos los viñedos se perdieron, esperemos que esta pandemia del coronavirus no se lleve por delante a las bodegas malagueñas», confiesa Juan Muñoz.

Por ahora, el calor no ha repercutido en la calidad y cantidad de la uva de las denominaciones de origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, que esperan una calidad buena o muy buena y una producción de en torno a los cuatro millones de kilogramos.

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Calendario

La vendimia se inició casi al unísono en las zonas de producción Norte, Axarquía y Montes los días 27, 28 y 29 de julio con las variedades moscatel morisco, de Alejandría y merlot respectivamente, en las fechas normales, no significativamente tempranas en comparación con campañas anteriores. Manilva iniciará esta semana su vendimia, mientras que en la Serranía de Ronda se prevé comenzar en el último tercio de agosto con las variedades más tempranas, según informó el consejo regulador de dichas denominaciones de origen en un comunicado.

La Axarquía fue la primera zona donde se comenzó a recolectar la uva moscatel y le seguirán Manilva y Ronda a finales de mes

Hasta los últimos días de julio no se han producido incidencias climáticas que hayan tenido influencia directa en la producción vitícola. La temperatura media en Málaga ha sido algo superior a la histórica pero no significativamente, y a pesar de las olas de calor en los últimos días, por ahora, éstas no están repercutiendo en la calidad o cantidad de la uva.

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A partir de ahora dependerá de la duración y régimen de máximas que puedan alcanzarse, y en este momento es más decisiva para la uva la amplitud térmica diaria, parámetro que está registrando valores habituales. En cuanto a las precipitaciones, la lluvia desde otoño es ligeramente menor al histórico, aunque en la época invernal y en la primavera fueron parcialmente superiores a la media y, en definitiva, el balance de las precipitaciones, hasta la fecha, ha sido positivo para el cultivo de la vid.

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