Vino de Málaga.

La gran crisis de los vinos de Málaga: La filoxera no fue la única causa del declive en los viñedos de la provincia

Una tesis doctoral analiza el momento más duro para este sector, en el que también hubo un cúmulo de malas decisiones

Domingo, 22 de septiembre 2024, 00:16

Era un auténtico producto de lujo que aparecía como una de las bebidas alcohólicas más caras de prestigiosos restaurantes parisinos. De los Montes a la capital de Francia. Hasta el siglo XIX, los vinos tradicionales de Málaga gozaron de una gran fama dentro y fuera ... de España.

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Los libros de historia señalan la llegada de la filoxera como el momento más crítico de los viñedos en la provincia y en buena parte del país. Esta plaga se localizó por primera vez en la Península Ibérica en una finca de Moclinejo en 1874. Aparece prácticamente como la única culpable de una crisis que azotó especialmente a muchos pequeños viticultores malagueños.

Pero, una tesis doctoral del ingeniero malagueño Francisco Pérez Hidalgo arroja ahora un poco más de luz sobre ese momento de inflexión. Bajo el título de 'La crisis finisecular del vino de Málaga. Cambio del modelo de producción y caída del comercio (1878-1933)', este investigador y también bodeguero ha conseguido analizar y retratar lo que define como «una tormenta perfecta» para el declive del vino de Málaga.

Su éxito se disipa, entre otras causas, «por la desaparición del viñedo tradicional de Los Montes de Málaga», se detalla en esta tesis doctoral, presentada el pasado 16 de septiembre y calificada con sobresaliente 'cum laude'. En concreto, se señala especialmente la desaparición de la Pedro Ximén, que hasta entonces había sido variedad predominante junto a la Moscatel de Málaga.

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Interior de la desaparecida Bodega Jiménez Lamothe.

Aunque el detonante fue la filoxera, Pérez Hidalgo señala también una mala decisión técnica, ya que la filoxera había azotado años antes también a Francia, pero allí la replantación de los viñedos fue exitosa y sólo marcó un paréntesis en la producción. Sin embargo, en el caso de Málaga se optó por arrancar las viñas afectadas y replantar con el patrón americano riparia. «Fue el primero que se utilizó cuando la administración lo facilitaba a los agricultores a través de los viveros que se establecieron en Málaga», explica Pérez Hidalgo. La elección no tuvo éxito en la zona de los Montes.

Pero, hay otro elemento más importante a considerar en aquella crisis. Según esta tesis doctoral, la baja rentabilidad de la uva y la pérdida de mercados internacionales propició que «los pequeños agricultores y la burguesía malagueña no pudieran replantar el viñedo nuevamente». A su vez esta crisis provocó un éxodo de muchas familias viticultoras y la desolación de los Montes de Málaga, hoy parque natural.

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Curiosamente el plantón americano elegido sí tuvo buen resultado en la zona del litoral, pero fue dedicado mayoritariamente a la producción de pasas de la variedad moscatel, que vivieron un momento álgido en cuanto a prestigio, éxito comercial y precio para los agricultores. Sin embargo, cuando entró en juego la pasa de California, tampoco fue rentable seguir replantando esta variedad.

La mala elección de un plantón y la competencia de la pasa son sólo dos causas más añadidas a esa tormenta perfecta. Muchos bodegueros malagueños que se dedicaban sobre todo a la exportación comenzaron a cambiar el modelo de producción. Gracias a la llegada del tren a la ciudad, empezaron a traer vino de otras zonas de producción, como Montilla o La Mancha. «Esto origina un cambio del producto», explica el autor de la tesis, que además de ingeniero e historiador es copropietario de las Bodegas Pérez Hidalgo, en Álora.

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Al traer vinos de otros puntos del país van desapareciendo dulces naturales que se elaboraban en Málaga. Así, comienzan a producir dulces naturales con alcohol añadido. El alcohol que se usaba era principalmente industrial, obtenido de la patata o la remolacha, principalmente de Alemania.

Francisco Pérez Hidalgo en la defensa de su tesis doctoral.

Otro elemento económico que echó más leña al fuego de esta crisis fue la subida de impuestos gubernametales al alcohol y la falta de acuerdos internacionales con Francia y Alemania, que eran destinos muy habituales para el vino malagueño. A pesar de su prestigio, se convirtió en un producto caro. Dejó de ser competitivo con otros vinos como los fortificados de Oporto, Madeira o incluso Jerez.

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Además, tal y como describe Francisco Pérez Hidalgo en su tesis, se comenzó a dar un cambio de gustos por los vinos más frescos, aromáticos y sobre todo con menos contenido de alcohol. Y aquí el investigador es tajante: «Málaga no supo adaptarse a los nuevos gustos ni tampoco abrir nuevos mercados internacionales, entre otros motivos porque sus competidores estaban muy establecidos en el mercado inglés desde finales del XVIII».

Con todo estos elementos, se da una respuesta más concreta a esa gran crisis de los vinos de Málaga. El detonante pudo ser la filoxera, pero las malas decisiones técnicas o la subida de impuestos consiguieron lastrar el que era el principal sector agroeconómico en la provincia de Málaga entre los siglos XVIII y XIX.

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