La cata | Los vídeos destacados de la segunda semana de marzo

La moda ha ido alejando los reservas y grandes reservas, especialmente en Rioja y Ribera del Duero, del consumidor, ya que busca vinos más ligeros de cuerpo. No obstante, algunos reservas de estas denominaciones, como ocurre con este en concreto, nos va a deparar grandes sorpresas. Para empezar es un coupage de tres variedades, Tinta del País, Cabernet-Sauvignon y Merlot, se caracteriza por ser un vino de larga vida si los guardamos bien, además de tener un pase de boca muy personal, con persistencia y muy amable. Perfecto para carnes.

Este monovarietal de garnacha es uno de los rosados riojanos más esperados cada comienzo de año. Fiel a su tradición llega a los mercados nacionales por San Valentín. En su día fue todo un pionero en la D.O. al sacar un rosado tan pálido de color y de corte provenzal. Después de once añadas Larrosa sigue siendo uno de los rosados más aclamados por los amantes de este tipo de vino y por la prensa especializada. Para su elaboración la bodega ha seleccionado uvas de viñedos que tienen casi cincuenta años y con una altitud de 750 metros.

Cada vez hay menos dudas que este 2025 va a ser el año de las garnachas en muchas denominaciones de origen, incluida Rioja, pues aunque no es la uva mayoritaria, si existen muchos monovarietales de este vino en numerosas bodegas riojanas. Pálpito es uno de esos ejemplos de cómo cuando se miman estas uvas se pueden obtener grandes tintos. De un viñedo casi centenario, a una altitud que supera los 600 metros, procede este vino de producción limitada. Tras una crianza de 16 meses en bocoyes y barricas de roble francés, es una apuesta firme por la tradición. 

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