Siete décadas de la Venta El Túnel

Juan Soto

Málaga

Domingo, 24 de septiembre 2023, 00:19

Comenta

Ana, ¿puedes prepararme un arroz con el pollo ese rojo que tienes en el corral?». A principios de los años 50 del siglo pasado, el enorme caserío que había junto al túnel de la carretera de Casabermeja, en una de las entradas a los Montes de Málaga, no era una casa de comidas. En aquella época, la familia Tovar lo utilizaba para la venta de almendras y aceitunas, pero a algún comprador hambriento se le ocurrió soltar la frase que da inicio al reportaje y lo cambió todo para siempre. De eso hace 70 años y la hacienda en cuestión se convirtió en la venta de El Túnel, una de las casas de comidas más afamadas que existen en toda la provincia.

Si la fama se mide en número de comensales, este negocio familiar se lleva la palma. Estamos a miércoles, pero en el libro de reservas apenas queda espacio para anotar un nombre más cara al próximo fin de semana. Y eso que el establecimiento tiene capacidad para 550 personas. ¿El motivo? Su arroz caldoso, de fama internacional y que sigue preparándose con pollo de campo –aunque ya no se coja directamente del pequeño corral que tenía Ana junto al almacén de almendras–.

La Venta del Túnel abrió sus puertas «el día de Santiago de 1953». Para quien no esté al día del santoral, el 25 de julio. El negocio lo pusieron en marcha José Tovar Ríos y su mujer Ana Gutiérrez Vega, abuelos de los actuales propietarios, aunque inicialmente no lo concibieron como una venta. José se dedicaba al campo y decidió montar una nave para vender las almendras y aceitunas que previamente compraba a los vecinos de la zona. Casi por aclamación popular, y al convertirse en punto de encuentro del entorno, decidieron poner una pequeña barra que fue creciendo con el tiempo. En la actualidad, esa pequeña barra se ha convertido en un local de más de 1.100 metros cuadrados.

Al frente del establecimiento se sitúan actualmente Paco Torres y José Manuel Jiménez, primos y tercera generación al frente de la venta. Casi desde el primer momento, el negocio fue creciendo poco a poco y gracias al boca a boca de la gente, que se citaba «en la venta que hay antes del túnel». Inicialmente no tenía nombre y lo cogió casi obligatoriamente por la cantidad de gente que así la conocía. Aunque no fue la primera que abrió en esta zona de los Montes, sí se ha consagrado como la más antigua de cuantas quedan.

Tras José y Ana se hicieron cargo del negocio los hijos del matrimonio, Francisco, Dolores y Ana, aunque también contaron con la colaboración de otros primos y familiares. Los actuales propietarios se hicieron con la gestión en el año 1993, aunque todos sus recuerdos de juventud están vinculados a la venta. «Con cuatro o cinco años ya trabajaba por las propinas», asegura José Manuel. «No teníamos otra cosa que hacer, así que ayudábamos a nuestros padres», puntualiza Paco.

Durante muchos años, la venta fue punto de encuentro de todas las personas que visitaban Málaga, ya que se encontraba al filo de uno de los pocos accesos por carretera que tenía la ciudad. También ganó gran popularidad por la celebración durante más de tres décadas de la Fiesta Mayor de Verdiales, cada 28 de diciembre. También aquello surgió de forma espontánea: «La gente comenzó a juntarse y a celebrar con nosotros hasta que se quedó aquí porque teníamos mucho espacio».

La Venta de El Túnel cuenta actualmente con una plantilla fija de 18 personas que se amplía hasta los 40 durante los fines de semana. Entre su clientela destaca el público local, aunque también llegan algunos turistas que han visitado previamente el jardín botánico o el pantano del Agujero. Además, la venta es punto de visita habitual de personalidades famosas del deporte y la política local, aunque por prudencia sus nombres queden en el anonimato.

A lo largo de tantos años, Paco y José Manuel recuerdan con cariño a decenas de sagas familiares completas. «Hemos conocido hasta cinco generaciones distintas, desde los abuelos hasta los más pequeños de la familia». En este punto se acuerdan con mucho cariño del grupo de miembros de la asociación de antiguos soldados de aviación 'Los gurripatos', que se reúnen el último sábado de febrero desde casi la apertura de la venta. «Es nuestro grupo más veterano», señala Paco.

A nivel gastronómico sobresale, sin duda alguna, el arroz caldoso de los montes, que ellos preparan con pollo de corral, sangre y una particular combinación de especias. También elaboran otras dos versiones con magro de cerdo o con verduras, aunque mucho menos populares. «El 80 por ciento de las mesas piden arroz», confiesan. El segundo en el ranking es el lomo en manteca.

Hablando de futuro, los actuales gestores se muestran tranquilos y confiados, ya que en el local ya están trabajando las hijas de Paco y echan una mano entre estudio y estudio las de José Manuel. ¿Y no se plantean crecer? «Durante un tiempo pensamos abrir un chiringuito, pero desechamos la idea; igual que muchas personas nos han pedido que abramos algo igual en otras ciudades, pero El Túnel solo hay uno». Y que así sea.