El premio del concurso Cocinando el Mar de Madrid Fusión Alimentos de España viaja a Málaga gracias a Javier Ruiz Portillo, chef ejecutivo del chiringuito La Milla, que se ha impuesto con su torrija empapada en gazpachuelo, un plato mucho más complejo de lo que ... su enunciado sugiere, donde ha logrado integrar a la perfección todas las partes del borriquete, pescado designado este año por la organización.
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El concurso Cocinando el Mar es, pese a su juventud (sólo dos ediciones), uno de los que más expectativas levantan en la gran cita gastronómica madrileña y se ha consagrado como uno de los de más nivel del congreso. En esta segunda edición, estaban además los grandes nombres de la cocina de pescado de Madrid: Estimar de Rafa Zafra, Bistronómika y Señor Martín.
Málaga también acudía con dos grandes representantes al certamen. Además de Ruiz Portillo, participaba Lourdes Villalobos, de Chinchín Puerto (Caleta de Vélez). Villalobos de hecho obtuvo una muy buena valoración de los jueces, que alabaron «los puntos perfectos de cocción y el respeto al producto».
Sin embargo, el miembro del jurado que durante la cata comentó el plato de Portillo, representante de Merca Madrid se mostró sorprendido por la apuesta por la torrija. «Me sugiere un postre», dijo. La chef y periodista gastronómica Clara Pérez Villalón, alabó en cambio la osadía de Portillo. El suspense estaba servido, porque como dijo al final de las presentaciones el maestro Martín Berasategui, presidente del jurado, «yo nunca había estado en un concurso con un nivel de cocina tan apabullante ».
Pero Luis Miguel Menor, chef y propietario junto a César Morales del Grupo La Milla, tenía confianza. «A Javier le encanta este pescado y ha arriesgado, pero es un platazo», dijo. Tenía razón. «El borriquete es un pescado que me encanta y que conozco muy bien. Lo he pescado mucho. Cuando supe que era el pescado de este año, decidimos ir a por todas».
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El plato emplea todas las partes del pescado y rinde homenaje a dos iconos de la cocina marinera malagueña: el gazpachuelo de espinas del borriquete con el que se empapa la torrija, y los espetos de sardinas, plato que nunca falta en La Milla, cuyo ahumado condimenta el borriquete. Por aprovechar, se aprovecha hasta la espina, que, frita, se convierte en el palillo que sostiene el plato.
El ganador de la edición del año pasado, Fran Muñoz, y el equipo del Chinchín, se alegraron por la noticia. «Málaga está demostrando que es una plaza a tener muy en cuenta en cocina de pescado», dijeron.
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También habrá participación malagueña en los concursos de tapas y bocadillos. En el primero, el gazpachuelo de Mariano Rodríguez Sánchez, de Eme de Mariano, se mide con 34 tapas de toda España en el I Campeonato Nacional de Tapas, y el miércoles, de nuevo Portillo participa en el Concurso de Bocadillos de Autor.
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