Si pasa por la calle San Lorenzo a mediodía o por la tarde-noche, lo habitual es que se tope con La Pechá a rebosar. Y ahí están los que han tenido suerte de encontrar hueco, por mínimo que sea. Tenga por seguro que otros muchos se han ido sin esa suerte. Eso cada vez lo llevaba peor Raúl Nieto. Llegó a plantearse trasladarse a otros barrios en auge como Huelin o Teatinos, pero quería aferrarse al Soho.
Publicidad
«No me gustaba la idea de irme, sobre todo por no defraudar a una clientela ya fiel que nos busca aquí». Quizás el destino le escuchó y se lo puso en bandeja: 'Se alquila' leyó justo en el local de enfrente. Una gran esquina que ocupó en su día un gimnasio, ya cerrado durante años, y que, casualidades de la vida, le dará la oportunidad de crecer a esta taberna tan malaguita que no sirve sus platos en tapas, medias raciones o enteras sino en 'mijillas', 'hartás' y 'pechás'.
Con esa misma filosofía se mantendrán al otro lado de la calle a partir de septiembre, pasando de 37 metros cuadrados a 260. Con una capacidad en torno al centenar de comensales distribuidos en mesas altas «para no perder la identidad», les permitirá un desahogo tanto en servicio (con una especie de terraza interior añadida y la opción de reservar) como en los fogones: «La cocina era tan pequeña que nos obligaba a tener que eliminar platos de la carta cuando incorporábamos otros nuevos. Ahora, podremos solventar ese problema y recuperar muchos de los que hemos tenido que ir prescindiendo».
Al frente de la vermutería, Raúl Nieto reconoce que no esperaba el éxito que tendría este concepto con aire de taberna antigua pero con mucha chispa, raíz con toque creativo y buen rollo que abrió en plena pandemia, hace poco más de tres años. «Nuestra meta inicial era simplemente hacer las cosas bien y que la gente se sintiera a gusto, y parece que hemos dado con la tecla», afirma sin saber aún realmente cuál es esa tecla. Si la hospitalidad, la identidad, el producto de la tierra, esas recetas tradicionales «tuneadas», el vermú o el divertido juego con la nomenclatura malaguita que da para alguna que otra anécdota con los extranjeros y que no piensa cambiar con la mudanza.
Ni la carta. Por supuesto, seguirán la ensaladilla rusa con mayonesa de huevo frito, el bocadito de pringá, el morcibao con morcilla rondeña o las albóndigas, por mencionar unos cuantos. Porque, como ya avisaba Raúl Nieto, habrá novedades. Se recuperarán clásicos como la tosta de sardina ahumada con queso payoyo o el atún en tomate picante.
Publicidad
Asimismo, ya adelanta que incidirán aún más en las propuestas vegetarianas, asegura que es posible conjugar esta opción con el tapeo malaguita. Para todo ello confía en un equipo sólido que prevé ampliar una 'mijilla' llegado el momento. En torno a una docena de personas moverán el engranaje del nuevo establecimiento, que mantendrá mismo horario (12.00 a 00.00 horas de lunes a sábados), misma cocina y misma esencia, pero con una 'hartá' de sitio para que 'pechá' de gente pueda entrar y no quedarse fuera.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.