«No solo hay que apostar por el arte, también por la creatividad de los artistas»

Rehúye definirse como pionero y alude a los compañeros que le precedieron haciendo camino -El Ratón, El Lápiz, El Elfo, S2M, El Was… enumera aludiendo a los componentes de algunas 'crews'-, sus referentes. Pero lo cierto es que Eduardo Luque, al que siempre han llamado Lalo y cuya firma es Lalone, es uno de los principales exponentes del grafiti, no solo en Málaga, sino en España, como evidencia su título de ganador de la Liga Nacional de Grafitis 2021. Este cuarentañero, también ilustrador, ha sabido hacer de este arte antes marginal su profesión, con un estilo propio y reconocible. El pasado mes de junio creó junto a la pareja artística Bellybutton -formada por Neskita y Sanjuan- un mural de más de 50 metros en el Centro de Producción de Cervezas San Miguel en Málaga como guiño a la campaña 'Málaga, Ciudad Magnífica', que invita a redescubrir y disfrutar de la ciudad.

Usted empezó en el mundo del grafiti a finales de los 90. ¿Cómo ha evolucionado el grafiti en la ciudad en este tiempo?

Ha evolucionado muchísimo. De ser el grafiti como tal algo muy 'underground' y desconocido que se asociaba casi a suciedad, ha pasado a ramificarse y consolidarse como una corriente artística de peso, que tiene acogida y aceptación tanto para la ciudadanía como para instituciones e incluso espacios artísticos como las galerías. Gracias a esta ramificación encontramos muchos estilos, desde el grafiti más subversivo al 'street art', el 'stencil', los 'stickers', ponerles un candadito a los puentes…mil cosas. Es otro mundo totalmente diferente a cuando yo llegué, que éramos cuatro gatos.

No le gusta definirse como pionero pero lleva en esto 25 años. ¿El tiempo ha hecho cambiar su percepción sobre la línea que separa el vandalismo del arte?

No creas. Siempre he considerado que es una línea muy difícil de marcar porque puedes ver cosas que claramente consideras arte, otras que piensas que a quien sea se le ha ido la cabeza pintando, por ejemplo, en un sitio super protegido o en el local de alguien…pero también se pueden hacer cosas muy interesantes que podrían considerarse arte sin ser legales. Es como lo de 'El pintor dorado', que para mí es una propuesta muy chula, reivindicando los objetos cotidianos de la ciudad con un concepto muy interesante. Y sin embargo ha sido considerado vandálico. Yo creo que hay un rollo muy artístico en esa acción y las instituciones no lo han visto igual. Y después hay cosas que puedes ver en un museo, ya sean grafiti o no, que personalmente considero que no tienen nada que ver con el arte. O será que yo no los entiendo. Al final lo del arte es algo relativo.

Dice que se puede vivir del grafiti pero, ¿cuál es la clave?

Supongo que tienes que tener algo de mano, dote artística o labia (risas) y, en mi caso, trabajarlo mucho. Creo que ahora es más fácil porque está más institucionalizado y se considera un trabajo. Además de mí, en Málaga hay mucha gente que vive de esto. Es verdad que hay diferentes niveles de encargos, pero bueno, ahora mismo hay cabida para mucha gente. Y como la ciudad tiene ese movimiento continuo de empresas, locales y con mucha vida, siempre van surgiendo oportunidades. Al final es proponérselo, pelearlo y pintar mucho.

Los empresarios también apuestan por los grafitis en sus locales.

Sí, yo realmente con ayuntamientos he trabajado relativamente poco. Es verdad que el Ayuntamiento de Málaga fue el primero que me dio confianza, pero me he tirado casi toda la vida haciendo encarguitos pequeñitos de 'la peluquería Fani' y 'los ultramarinos Manolo', que al final te dan un sustento y te permiten ir poquito a poquito haciendo una tela de araña, ¡que creo que es lo que yo he hecho en Málaga! (Risas).

Con la experiencia que le dan estos 25 años, ¿qué le diría a quienes están empezando?

Que se den su tiempo. Me parece que ahora la gente quiere correr mucho, ir demasiado rápido en todo. Con tanto tema de redes sociales se pierde un poco la naturalidad y el gustillo por lo que haces. Muchos pintan más pensando en los 'likes' que en su disfrute personal, y eso me parece un error tremendo. Al final mi consejo sería ese, que se den su tiempo y que no lo pierdan (que yo también lo he perdido mucho).

Acaba de venir de estar fuera, ¿no es así?

Sí, he estado en Avilés dentro del circuito de la Liga Nacional de Grafiti. Cada cierto tiempo hacemos una mini ronda de concursos, a modo de paradas. Y muy contento porque esas rondas las valoramos entre nosotros y he ganado, así que muy guay. Al final somos todos colegas y recibir el reconocimiento de tus iguales mola mucho.

Y en relación a otras ciudades, ¿qué posición ocupa Málaga respecto al grafiti?

Por lo que me dice la gente que viene de fuera, ahora Málaga está guay para pintar. Vive muy buen momento y desde las instituciones se está apostando. Aunque es verdad que podrían ser más creativos y no caer en los tópicos de siempre (el sol, el espeto, la playa, Picasso…), dejar a la gente que haga su movida. Creo que es una cultura demasiado arraigada con lo nuestro que al final nos limita. Se apuesta por el arte pero no mirando al artista, y considero que habría que darles más confianza.

¿Qué ha supuesto para usted participar en el mural de las Ciudades Magníficas de Cervezas San Miguel?

Pues ha sido muy guay. Te llama una marca potente y vinculada encima a la ciudad como es Cervezas San Miguel y es ilusionante, igual que poder colaborar con Bellybutton o Spoksponha, que también han participado en la campaña. Además sientes que el trabajo que estás haciendo se valora y cada vez es más visible y reconocido.

Además es una apuesta por otras formas artísticas que no son las convencionales.

Sí, es eso. Es adaptarse a los tiempos y dar visibilidad a las nuevas realidades. Igual a gente de más edad todo esto le suena a chino, pero la realidad es que hay un espectro muy importante de gente que está familiarizada con el arte urbano, el rollo del 'stream', etc. Es algo que no solo está asentado, sino que va a ir a más.