Ruido y esencia

Y pese a una teórica facilidad de acceder a productos de todas partes, también se reduce de forma dramática la diversidad de alimentos de uso cotidiano y las formas de prepararlos. No es bueno ni malo; es el signo de los tiempos. Comer en la calle o acudir a comidas preparadas total o parcialmente es mucho más fácil y frecuente que visitar mercados de abastos, conocer la temporada local de determinados pescados o verduras, y desde luego, que lavar, pelar y trocear o dar el punto a un guiso a fuego lento. Ahora son acciones mucho más comunes ensamblar, sazonar, poner un toque personal y presentar. Ferran Adrià considera que aliñar un tomate es cocinar, y tal vez hoy lo sea. Da igual cuántos recetarios podamos consultar para rescatar un plato de nuestros mayores, lo más seguro es que nunca lo incorporemos al día a día.

Y los intentos de revitalizar la cocina casera adaptando técnicas y herramientas profesionales tampoco han funcionado. La versión doméstica de 'Modernist Cuisine', obra de consulta esencial para muchos chefs actuales, fue un fracaso. Si no pasamos del vuelta y vuelta a la plancha, para qué queremos los fundamentos moleculares.