El reto hotelero

El crecimiento del turismo está atrayendo inversiones significativas, especialmente en el segmento hotelero y residencial. De acuerdo con lo expuesto en la última edición de HIP, Horeca Professional Expo, que se celebró en Madrid, el interés por transformar oficinas en hoteles está en auge, con ciudades como Málaga y Barcelona, aunque Madrid liderando el precio medio. Este apetito inversor no tiene precedentes en nuestro país.

Este año, la provincia malagueña sumará nuevos hoteles. Hace unos días, el icónico hotel marbellí Los Monteros abría sus puertas con una oferta culinaria firmada por el chef José Carlos García. El foco hotelero en la gastronomía es cada vez mayor.

Pero más allá de los números, la industria debe enfocarse en lo que realmente está demandando el turista moderno: experiencias exclusivas y personalizadas. La desaparición de los hoteles de dos estrellas y el auge del lujo y los establecimientos boutique son síntomas de este cambio. La diferenciación es clave. También, la fidelidad del cliente se gana con vivencias únicas, lo que representa una ventaja competitiva para las marcas que logren crear momentos inolvidables.

A esto se suma un factor ineludible: la sostenibilidad. Con un 74 por ciento de viajeros priorizándola en sus decisiones, los hoteles deben convertirse en una extensión del destino, apostando por la autenticidad y el respeto medioambiental. No es solo una estrategia de imagen, sino una necesidad operativa. El turismo en España está en su mejor momento. Pero para consolidar su liderazgo, el sector hotelero debe evolucionar. La diferenciación y la sostenibilidad son el nuevo paradigma del éxito.