Restaurante El Pescador, cocina de producto sin trucos

Además, pocos profesionales son capaces de atender la cocina y la sala de manera simultánea y sin el más mínimo fallo. Desde sus inicios, en El Pescador se practica una cocina de producto, sin trucos, ni enmascaramientos auspiciados por la llamada 'cocina de vanguardia'; todo lo contrario, cocina de siempre, con productos muy frescos y un tratamiento correcto en los fuegos atendiendo a las características de cada alimento. Todo suma para que esta casa se haya consolidado y goce de una clientela fiel deseosa de degustar un buen producto del mar a un precio correcto.

La ubicación del restaurante es perfecta, en pleno paseo marítimo y enfrente mismo del mar. Decoración actual, muy luminosa y con una distancia entre mesa y mesa idónea para que los clientes se encuentren a gusto y cómodos. Al frente de este barco y como capitán está Alfonso, quien, como decía, es a la vez jefe de cocina y jefe de sala. No es fácil hacer estas dos cosas al mismo tiempo y que además salga bien. En El Pescador no suele haber fallos ni en cocina ni en sala, pues cada una de las mesas es atendida como si fuera la única y eso se nota, particularmente al llegar los platos desde la cocina a la mesa. La carta es bastante amplia, ya que su clientela también es bastante variada, de ahí que a día de hoy puedan sorprendernos algunos platos de la misma, como puede ser el melón con jamón o los espárragos dos salsas, platos muy característicos de la década de los sesenta, pero hay un cliente que añora estas elaboraciones y las demanda. Pero estos platos no nos deben llevar a confusión; basta con echar una ojeada a la carta para saber que El Pescador es un restaurante de cocina marinera, y muy marinera por cierto. Alfonso conoce los secretos de una buena fritura y eso se plasma en el amplio apartado de pescados fritos. El abadejo o el gallo son antológicos por su jugosidad y mordisco crujiente. Los mariscos tratados a la plancha, en especial las gambas, llegan a la mesa en su punto exacto. El tamaño del marisco, la frescura y ese delicado toque de calor hicieron de las gambas un bocado jugoso y repleto de sabor en la boca, especialmente las cabezas. Mención aparte merecen los pescados grandes también a la plancha y los guisos donde el arroz es el protagonista.