Palmyra, en Marbella: una cocina ecléctica

La principal seña de identidad de la oferta culinaria es su eclecticismo, es decir, la combinación de elementos de diversos estilos culinarios para dar forma a una oferta de platos donde la fusión entre tradición y creatividad está muy ponderada con el objetivo de agradar a todos los clientes por igual. Otra de las principales características y atractivos de la carta es su buena relación calidad-precio, algo que no es muy habitual entre la hostelería marbellí, más dada a fijar precios condicionados al nombre de la ciudad.

Adrián incluye en su carta platos del recetario andaluz bien reinterpretados, así como otros mucho más clásicos a base de arroces de marisco y pescados de nuestro entorno, principalmente, según asegura, pescados en el Estrecho, ya que los que se reseñan en el apartado de pescados llegan directamente desde otros mares. Basta con echar una ojeada al apartado de arroces, para darnos cuenta de que es precisamente esta gramínea uno de los principales atractivos de su cocina. Muy conseguidos los arroces caldosos de pescado, lo mismo que alguno de los platos de carne, en especial el cachopo asturiano, donde la crema de queso de Cabrales y la trufa le aportan un extra de sabor, convirtiendo este plato tradicional y tan de moda, en uno de los más demandados de toda la carta. La oferta de vinos sigue siendo demasiado clásica y corta en cuanto a referencias más actuales.

Palmyra cuenta además con diversos espacios, una terraza rodeada de palmeras al aire libre, mesas en el exterior y salones interiores cómodos y acogedores para el tardeo.

Es uno de los platos clásicos que figuran en los entrantes. Bien trabado el aguacate con el salmón y los langostinos a través de una suave salsa de huevo. Hay equilibrio y un aliño muy suave para resaltar sabores.

Adrián es conocedor de la importancia de los fondos en todo tipo de arroces, pero en este de marisco es esencial para que la gramínea coja todo el sabor salino de los ingredientes. Perfecto de punto.

Un postre que rezuma clasicismo en todo su conjunto, pero que está elaborado muy correctamente y donde el crujiente sobresale por encima de la salsa de frutos rojos. Muy buen equilibrio en cada bocado de este postre.

Es uno de los platos más apreciados por la clientela. Un buen filete de ternera, tierno y con sabor para que la salsa de Cabrales y la trufa no sean los protagonistas de este tradicional plato asturiano.