Contracata Marbella: una cocina alrededor del vino

Acudir a esta casa, situada muy cerca del paseo marítimo de Marbella, es toda una experiencia, si lo que buscamos es precisamente descubrir nuevos vinos. Es ahora cuando después de cambios y algunos avatares, Contracata ha encontrado su sitio en la siempre activa restauración marbellí. Si nos centramos en su carta, nos vamos a encontrar con algunos platos que llevan con Godoy desde sus comienzos y que no pueden faltar. Su ensaladilla rusa, las contrabravas, croquetas de puchero o el atún pasado levemente por la plancha y acompañado de patatas fritas de las de verdad conviven con otras elaboraciones más actuales, entre las que destacan una gilda que se acompaña de queso fresco, unas alcachofas con una vinagreta de trufa cuyo complemento es una crema de ajo negro muy atrevida a la vez que conseguida y alguna concesión hacia la cocina oriental como puede ser el curry rojo de pescado con leche de coco.

En suma, una carta sencilla donde los modos, texturas y sabores nos recuerdan a la cocina tradicional acomodada a los gustos actuales, pero siempre con el objetivo de que sean platos que a su vez mariden bien con los muchos vinos, en su mayoría por copas, que en Contracata nos vamos a encontrar. No hay que perder de vista que estamos en un establecimiento que hace de los vinos el eje fundamental de toda su cocina. A esta casa hay que venir a dejarse sorprender por las muchas propuestas vinícolas que Godoy nos hará en cada una de nuestras visitas. Como se puede leer en un mural del comedor: «Una comida sin vino es un desayuno», y no le falta razón. En Contracata no se puede entender un plato sin su correspondiente vino.

No es este uno de los platos que puedan faltar de la carta. Un buen corte, fino, de un lomo de angus convenientemente aderezado con trufa negra y con un toque muy comedido de parmesano para que sobresalga el sabor de la carne.

Una de las elaboraciones que mejor van a combinar con alguno de esos tintos inéditos que Godoy guarda para sorprender. El acompañamiento de guacamole sirve para que el conjunto resulte más untoso en boca.

Una ensaladilla clásica, servida a su justa temperatura, es decir, templada, y con la patata bastante trabada con el resto de los ingredientes. La apuesta por el sabor marino que le otorgan los langostinos es bastante correcta.

El secreto de este plato, uno de los mejores de toda la carta, reside precisamente en el corte del túnido, siendo en este caso tarantelo y en el punto de fuego. Vuelta y vuelta en la plancha, el tiempo justo para atemperarlo.