La Algarbía: cocina creativa de cercanía

Si hay que definir La Algarbía, primero hay que hacerlo con las propias palabras de sus creadores, Dani y Cristóbal, «un conjunto de sensaciones que engloba la gastronomía, el servicio, el local, todo aquello que perciben los clientes en nuestro restaurante desde que llegan hasta que se van, todo esto persigue el objetivo de ofrecer a los comensales una experiencia difícil de olvidar», tal y como reza el preámbulo de la carta. Esta experiencia comienza en los interiores de la cocina, donde Dani elabora un menú atendiendo al producto fresco de ese día y un poco también a los gustos de la mesa, ya que esa experiencia gastronómica se sirve por mesas completas y se detiene cuando, y previa antelación, se le avisa desde la propia mesa.

Personalmente no acabo de estar plenamente de acuerdo con la definición hecha por sus propietarios, ya que la sala requiere de una mayor atención por parte del servicio hacia la clientela, en especial a la hora de aconsejar los maridajes más correctos en consonancia con la comanda, pues la carta de La Algarbía se divide en tapas y raciones, en su mayoría de elaboraciones que oscilan entre la modernidad y la cocina tradicional y un apartado de platos más contundentes como puede ser el cochinillo asado con puré de batata y manzana, paletilla de cordero o bacalao confitado con una crema de ajo negro. Creo que la opción de tapas y raciones, mucho más creativa, define a la perfección la cocina que La Algarbía ofrece en Pizarra y alrededores.

Un plato muy veraniego con el que Dani logra un conjunto además de colorista, muy sabroso por el toque salino de la mojama y el equilibrio que mantiene con el aguacate y el tomate cortado muy finamente. El toque de caviar aporta poco al plato.

Uno de los platos más originales de toda la carta por muchos motivos. El pase por la plancha de un sobao cántabro potencia el aroma y sabor a mantequilla que, unido a una anchoa en salazón, crea un contraste dulce-salado un tanto llamativo.

Si se ajusta y equilibra el punto de ajo, este plato sorprende por la fusión de sabores que encontramos entre el escabechado cítrico de la caballa y el coco. Suavidad en boca a la vez que cierta contundencia son sus mejores parámetros.

Una buena vieira, de tamaño medio grande, levemente pasada por la plancha para darle ese toque templado que requiere este molusco sobre una base de crema Viña AB acompañada de unos berberechos al vapor para darle más sabor a mar.