Ayyy qué cara está la vida y qué caro es salir. Con una economía de salarios estancados y precios cada vez más altos, a las familias no les queda más remedio que meter la tijera a los gastos. Entre los recortes por aquí y por allá la cuchilla se ceba con el ocio. Lo normal. Porque salir a un restaurante no es tan necesario para subsistir como pagar el alquiler. Así que aquí te vamos a dejar algunas opciones en el centro de Málaga para que, a pesar de los tijeretazos a las salidas, puedas salir a comer de vez en cuando. Cinco locales donde el precio medio por persona para visitarlos ronda los diez euros con opciones variopintas, desde un mexicano o un italiano a platos típicos y caseros.
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Si te apetece ir al Albéniz a disfrutar de una buena película, este podría ser un buen lugar para hacer una pausa antes del largometraje (o después, para comentarla con los acompañantes). Este pequeño mejicano, situado en Calle Alcazabilla, 12, especializado en tacos ofrece una buena ristra de opciones a un euro y ninguno de sus tacos alcanza los dos euros. Una opción excelente para almorzar por poco dinero en la calle. Y oye, para costar un euro, lo cierto es que son muy sabrosos. Un servidor te recomendaría el taco al pastor entre los tacos a un euro. Eso sí, con la bebida se ceban un poco: dos euros con sesenta por un agua y tres euros por el botellín de cerveza más barato.
Nos desplazamos unos metros en la ciudad y miles de kilómetros en gastronomía. Stritfud, en Calle Granada, 48, es un establecimiento especializado únicamente en focaccias. Ciñéndonos estrictamente al presupuesto de diez euros solo podremos pedir la focaccia simple si incluimos la bebida, pero si estiramos el presupuesto un euro más podremos optar a una buena cantidad de opciones en la carta. Nosotros nos decantamos por la focaccia de porchetta: carne de cerdo asada al horno, queso gorgonzola y miel. Riquísima. Si eres de comer mucho no es la mejor opción, ya que si tienes mucho apetito con una sola focaccia puede que salgas con hambre. Pero aún así es uno de esos sitios que hay que probar. Merece la pena.
Nos quedamos en Italia pero nos desplazamos hasta Calle Calderería, 11, junto a la Plaza Uncibay. Ahí encontraremos un local de pequeño tamaño y apenas cuatro mesas para almorzar. Spago's es otro establecimiento especializado en un único plato: la pasta. Al visitar el local estaban todas las mesas ocupadas, pero también ofrece la opción de pedir para llevar. Mientras esperábamos a que preparasen nuestro plato pasaron varios italianos para pedir de comer, lo cual habla bien del lugar. O eso dicen. La pasta está en su punto de cocción perfecto según el estilo italiano. Es decir, al dente. Durante nuestra visita nos decantamos por un Pesto alla Genovese. Tanto por sabor como por cantidad, es una buena opción. Lo mejor de este local es que con diez euros de presupuesto entran todos los platos de la carta, incluso si incluimos la bebida.
Si vas con poco apetito, Stritfud. Si vas con mucho, Gloria Hoyos. Por diez euros podremos degustar su menú del día, compuesto íntegramente por platos caseros. Primero, segundo, bebida y postre. Has leído bien, toda esa cantidad por tan sólo diez euros en pleno centro. Situado en plena Calle Carretería, 89, este restaurante de comida casera es una excelente opción para salir con la panza llena. En nuestra visita nos decantamos por unas setas con bechamel y bacon de primero, buey al Wellington con mantequilla y patatas de segundo y un budín de pan para coronar con un toque dulce. Íbamos con hambre, pero lo cierto es que todo nos supo a gloria. Las setas contundentes, el buey sabroso y tan suave que no era necesario el cuchillo para cortarlo. Y el budín, todo un acierto antes que el café. Insisto, todo esto por diez euros. Pocos locales en el centro, por no decir ninguno, ofrece más por menos.
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Y para terminar, una de las comidas más típicas de Málaga: el campero. A muchos de vosotros os sonará (sobre todo a los más fiestero, pues viernes y sábados abre hasta las cinco de la mañana), y a otros no tanto. Pero lo cierto es que si nos ceñimos a pleno centro, es de los pocos lugares de camperos que podremos visitar. Por diez euros podremos pedir prácticamente todos los camperos de la carta. Con bebida pero sin patatas. Sus camperos están muy buenos. Buen producto, pan crujiente y muy sabrosos. Esto un viernes de fiesta ha de resucitar a cualquiera. Eso sí, recordemos que el campero, de toda la vida, ha sido (y debería seguir siendo) un plato barato de los de verdad. Si por diez euros no podemos incluir patatas siquiera, por mucho que se ciña al estricto presupuesto de los diez euros, no es precisamente barato.
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