Cávala es, sin duda, la revelación culinaria y hostelera de este año tan complicado. Antonio Jesús García ha sabido diferenciar perfectamente La Deriva de este ... restaurante ubicado a escasos metros. Aquí el cliente, nada más traspasar el umbral de la puerta, va a empezar a experimentar una serie de sensaciones hasta el momento poco comunes al resto de la restauración malagueña.
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Para empezar, en Cávala solo hay productos provenientes del mar, pero lo que no va a encontrar son los característicos platos propios de un restaurante de cocina marinera o de una marisquería. La decoración, la puesta en escena, los platos de una carta que cambia a diario, ya nos dan una pista muy seria, incluida la vitrina expositora, de lo que nos vamos a encontrar: cocina creativa en torno al pescado, y en menor medida al marisco.
Para afianzar este concepto y al frente de los fogones de Cávala está uno de los cocineros malagueños con más futuro por delante, Juanjo Carmona. En su anterior etapa profesional como jefe de cocina de El Lago de Marbella ya demostró de lo que era capaz de hacer con los productos de kilómetro cero. Ahora rompe formas y moldes con un producto tan delicado y tan poco duradero, de ahí que la carta cambie todos los días en función de la pesca que haya llegado a las lonjas.
Me gusta el concepto de creatividad partiendo exclusivamente de productos marinos. Adaptar todos estos productos a una cocina rabiosamente creativa y personal no es fácil. Estoy convencido, después de haberme sentado en una de sus mesas, de que Cávala lleva camino de convertirse en el restaurante de mayor calidad de la capital atendiendo a su cocina y sala del momento actual de la restauración malagueña. Para empezar, todos los platos tienen una mayor complejidad y ejecución de lo que pueda parecer a simple vista, después el perfecto equipo de sala dirigido por Carlos Buxo, impecable en cada momento, y un sumiller, Carlos Sánchez, a la altura de la gran bodega que Antonio Jesús García ha creado en este espacio interiorista que se adapta a la perfección de lo que el cliente de Cávala espera y quiere encontrarse. La oferta es diferente a todo lo que nos vayamos a encontrar, no sólo en la ciudad, también en toda la costa. No obstante, los amantes de la carne todavía van a tener que esperar un tiempo, pues hay otro espacio dentro del restaurante para ofrecer una cocina donde la carne cobre su importancia, y este espacio se llamará Presagio.
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Hubo quien definió Cávala como una boutique gastronómica del pescado y no le faltaba razón, pero personalmente preferiría denominarlo como un taller gastronómico del pescado y a Juanjo como el artesano del taller. De sus manos han salido platos como la ostra con salsa bearnesa, los mejillones con sopa de maíz o la tortilla no vaga con caviar, platos para hacer soñar nuestro paladar.
Dirección: Alameda de Colón, 5. Teléfono: 628021363. Abre todos los días
Algunos precios: Ostra a la bearnesa: 9 €. Tortilla no vaga: 18 €. Rodaballo meunier: 23 €
Valoración: Cocina: 9. Sala: 8. Carta de vinos: 8,5. Calificación: 9/ 10
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