Una 'casa de comidas'. Esa sería la definición exacta y correcta de este establecimiento ubicado frente por frente a la entrada principal de lo que en su día fue una de las estaciones de ferrocarril más ajetreadas de nuestro país, ya que la estación de ... Bobadilla era un importante nudo ferroviario. Hoy un silencio cuasi fantasmal envuelve el recinto de la estación, un silencio que se traslada a todo el barrio, siendo uno de los encantos que nos vamos a encontrar en este local cuando nos sentemos en alguna de sus mesas que dan a una terraza y patio aledaño a la calle.
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Dirección: Ctra. del Valle, 21
Teléfono: 639 125 563
Cierre: Martes y miércoles.
Precios: Porra antequerana: 9 €. Lomo de bacalao: 17 €. Pollo de corral: 14 €
Valoración: Cocina: 7,5 Sala: 7 Carta de vinos: 7 Calificación: 7 / 10
El Estanco, que así se denomina este establecimiento, ocupa lo que en su día fue en realidad el estanco de la barriada. Ante todo hay que decir que esta casa viene respaldada por un gran profesional de la hostelería malagueña, Gonzalo Ramírez, aunque él asegura que está en segundo plano y que son su hijo Gonzalo, junto a Elena Reyes en cocina y atendiendo la sala Rosario Castillo y José Cabana, los responsables de esta nueva oferta gastronómica que ha llegado a la comarca antequerana. Tras una primera visita puedo asegurar que voy a repetir y a no tardar mucho. Una oferta culinaria donde se combina la tradición con algunas sugerencias un poco más innovadoras, pero siempre respetando el sabor auténtico del producto; un servicio cercano, atento y profesional y una carta de vinos de esos que llaman la atención por su calidad, son las causas de que ya esté soñando mi paladar con regresar al Estanco. ¡Ah! y la copa de champagne Fabrice Bertemés de bienvenida.
Una cocina de interior, ejecutada con cariño y conocimiento, ha venido a complementar la oferta de la zona. Platos como las mollejas de cordero y el chivo al ajillo, la ensaladilla rusa cuya mayonesa está hecha con uno de los aceites más singulares de esta zona, el Koroneiki, o una auténtica porra antequerana acompañada de patatas fritas, tal y como se comía antes, a buen seguro que nos van a retrotraer a los sabores de nuestra infancia. Y si queremos algo más actual, las anchoas en mantequilla o las alcachofas confitadas.
Una carta sencilla a precios igualmente sencillos y unas raciones abundantes es lo que aquí vamos a encontrarnos y lo que a los viajeros de antes les hubiera gustado encontrar en Bobadilla Estación.
Porra antequerana
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Cuánto cambia el sabor de una porra antequerana atendiendo a la calidad y variedad del aceite y también del tomate usado en su preparación. Melosa, a su temperatura justa, más bien fresca que fría y acompañada de una patatas fritas.
Lomo de bacalao
Un buen lomo de bacalao, bien desalado hace milagros. Levemente confitado con unos ajos y aceite y servido con unos pimientos del piquillo que aportan un nuevo sabor y un toque de dulzor al bacalao. Los ajos crujientes.
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Ensaladilla con gambas
Pocos secretos, aunque alguno sí tiene esta ensaladilla. Buena patata, bien cocida y una mayonesa que es el principal conducto de todos los sabores. El secreto está en el aceite utilizado para montarla, Koroneiki, y en la cocción de las gambas.
Pollo de corral con ciruelas
Esta receta tiene nombre propio, 'al estilo de Doña Dolores'. Una buena y bien trabada salsa de siempre y el acompañamiento de unas ciruelas confitadas dan el toque justo a uno de esos sabores de nuestra infancia.
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