Bendita Katalina: Creatividad versus tradición

Al frente de los fogones sigue Diego Narbona y como gerente y responsable de todos los espacios hosteleros del complejo deportivo está Germán Bautista. Que a día de hoy y tras los distintos avatares por los que está pasando en líneas generales nuestra hostelería, se mantenga el mismo equipo desde su inauguración tiene una segunda lectura muy positiva.

En Bendita Katalina coexisten dos cocinas bien distintas aunque muy unidas entre sí, ya que conforman la esencia y filosofía de este restaurante. Por un lado los platos más nuestros y tradicionales y otros más coloristas en cuanto a su presentación y más desenfadados con la intención de gustar a todo tipo de público. Echando un vistazo a la carta se mantienen algunas propuestas que triunfaron desde el primer momento como el dúo de ensaladilla rusa, plato muy bien resuelto y donde nos vamos a encontrar dos clases de ensaladillas, la malagueña y otra con acento asiático, más concretamente coreano o unos torreznos sorianos muy bien cortados y fritos que ya forman parte de las señas de identidad de esta casa. La cocina de Diego no se queda solo en la tradición o en aquellos platos que triunfaron hace dos años, ahora algunas propuestas han cambiado y elaboraciones como el cachopo con tallarines trufados intentan encontrar su hueco en una cocina moderna a la vez que tradicional y correcta.

El servicio de sala se esfuerza por agradar a una clientela bastante heterogénea que acude hasta Añoreta Golf por el deporte y acaba quedándose por su cocina. La carta de vinos está necesitada de una reconversión y adaptación más en consonancia con la cocina que se ofrece.

Ceviche lubina

El ceviche, plato que desciende de nuestros afamados escabeches, se ha impuesto en buena parte de los restaurante de cocina moderna. Bien ejecutado, aunque la lima sobresale por encima del sabor del propio pescado.

Carpaccio de lomo

Un corte correcto pero el exceso de grasa de la carne, lomo bajo de vacuno madurado, le resta elegancia. La vinagreta de trufa, demasiado sutil frente a sabores tan intensos como el queso payoyo en polvo o el mismísimo corte de la carne.

Torreznos

Muy buena la combinación del torrezno con las guindillas picantes. Un punto óptimo de fritura es lo que de verdad hace de este bocado una exquisitez. Crujiente, untoso, contundente y con un final ligeramente ácido propio de la guindilla.

Arroz de chorizo y setas

Un arroz interesante, con un buen fondo de carne y la utilización muy comedida del chorizo para que no se apropiara del conjunto de sabores, hacen de este arroz un plato a tener en cuenta. Quizá el huevo es lo que menos aporta al arroz.