Araboka Plaza, casa de comidas, vinos y sabiduría

Cada vez que acudo a Araboka es como si fuera la primera, pues no dejo de descubrir platos y vinos a cuál más interesante. Estamos en el lugar ideal para ir descubriendo nuevas sensaciones a través de las propuestas que nos hace en cada menú. En concreto y para abrir boca, Antonio me propuso una manzanilla en rama para acompañar unas finísimas láminas de papada ibérica, que como no podía ser de otra manera, encontrándonos en una casa donde el producto malagueño está muy presente, era de la Dehesa de los Monteros. Después un champán Sanger con los platos de pescado, lomos de esturión ahumado de Riofrío con caviar de salmón, un plato que peca de exceso de sabor y ahumado, y un tartar de lubina con cremoso de cítricos que rozó el aprobado alto.

Para las gambas de Málaga con su pil-pil aparte y las alcachofas, difíciles de maridar, con chopitos y jamón ibérico en tiras, un amontillado La Inglesa. Ambos platos rozaban el sobresaliente alto, lo mismo que el plato de cuchara de ese día, las alubias segovianas con almejas y caldo de pescado de roca maridadas con un vino cuvée de tres años autriaco sensacional, Tradition Heritage. Como punto final, pluma ibérica marinada y asada. Una vez más salgo de Araboka con el convencimiento de que hay que dejar que sea Antonio el que nos haga el menú y su maridaje, nunca falla.

Araboka Plaza va a seguir dando mucho que hablar en los próximos meses, por su cocina y sus vinos.