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Es un plato de origen marengo, pero no sólo se hacen en establecimientos en primera línea de playa. Aunque lo habitual es encontrar los espetos junto al arenal, en chiringuitos, merenderos u otros restaurantes, también es posible comerlos sentados en municipios del interior.
En lugar de brisa marina y vistas al Mediterráneo, se disfruta sobre todo del entorno rural y de la sierra. Buena parte de las ventas y los restaurantes que han apostado por añadir los espetos en su carta están situados en enclaves relativamente tranquilos.
En el propio barrio malagueño del Puerto de la Torre, hay brasas que sirven para asar las sardinas en espeto. Es el caso de El Balate, un establecimiento que no tiene vistas al mar, pero que, en pleno verano, tiene su propia barca para hacer este tradicional asado marengo. El propietario del establecimiento asegura que lleva toda la vida haciendo espetos en este barrio malagueño. Antes lo hacía en el restaurante El Tomillar, propiedad de su madre, y ahora en El Balate, donde se puede pedir todos los días del verano. El precio de un espeto con cinco sardinas está allí a cuatro euros.
Mucho más cerca del mar, pero sin vistas a él, en el centro de Málaga hay otra opción atípica para consumir espetos, la Taberna El Mentidero, que lleva décadas siendo uno de los pocos establecimientos de la ciudad que mantiene la costumbre de asar las sardinas con este método tradicional.
En otro de los barrios del perímetro de Málaga, en Churriana, también hay algunas opciones para comer espetos sin necesidad de estar junto a la playa. Es el caso de La Batea Churrianera, situada junto a la carretera de Coín (muy cerca de la carretera MA-21).
El recorrido por la ciudad de Málaga también tiene varios hitos en el distrito de Campanillas, donde hay varios establecimientos que acostumbran a hacer espetos cuando llega el verano, sobre todo en los fines de semana. Entre ellos, se encuentran Yolimar o Los Faroles.
En un municipio del Valle del Guadalhorce, que también se considera parte del área metropolitana de Málaga, aguarda otra buena opción, la marisquería La Lonja Malagueña, que elabora también con mimo el espeto de sardinas en temporada alta. Este establecimiento, que se encuentra en el parque empresarial Lauro Torre, hace una gran apuesta por la cocina marenga y mediterránea, No muy lejos de allí, en el mismo municipio, hay otra opción de probar espetos en la marisquería XeitoMar.
Más aún en el interior, en Coín, también puede presumir de tener su propia opción de probar espetos de sardinas. En concreto, en la conocida venta Casa Pedro Lucena, este plato marengo forma parte de la carta estival. Son muchos los coínos y vecinos de otros municipios del entorno que acuden hasta este establecimiento para probar las sardinas asadas al estilo tradicional marengo.
Otra opción más en la comarca del Valle del Guadalhorce es la que suele ofrecer en verano el Mesón Carrión, también a pie de carretera. En este caso, se trata de un establecimiento especializado en carnes, que está situado en el término municipal de Álora, pero relativamente cerca de Pizarra.
En la comarca de la Axarquía, a unos kilómetros del litoral, hay un establecimiento a pie de carretera que lleva años haciendo espetos de sardinas. Se trata de de Moreno Ramírez, situado en el diseminado rural de El Trapiche, junto a la A-356 que une a Vélez con Alhama de Granada. Allí desde el mes de abril cuenta con una barca donde no sólo se hacen las sardinas sino también pescados de gran tamaño.
Son tan sólo algunos ejemplos de establecimientos de interior que son capaces de hacer también espetos aunque, en algunos casos, estén muy lejos del Mediterráneo.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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