El restaurante Tormes está de celebración. El establecimiento, que presume de ser el más antiguo de todo el Centro Histórico, acaba de soplar las velas ... de su 60.º cumpleaños. Ubicado en la calle San Agustín, este negocio familiar es dirigido actualmente por Pepe y Mari Carmen, segunda generación de hosteleros al frente.
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El Tormes, en honor al río que pasa por Salamanca, abrió el 7 de abril de 1963 como restaurante especializado en cocina segoviana, fundamentalmente con cochinillo y lechazo. Fue puesto en marcha por Antonio Ramírez y Joaquina Fernández, los padres de Mari Carmen.
Según recuerda la actual propietaria, su padre trabajaba por entonces como camarero en el hotel Cataluña, en la plaza del Obispo, y allí conoció a un constructor salmantino que le animó a abrir el local en los bajos de un edificio que acababa de construir en la calle San José (a la espalda de San Agustín). A la inauguración asistió el párroco del Sagrario, José Ariza, e incluso Diario SUR publicó un amplio reportaje por la repercusión que tuvo la apertura en la ciudad. En el periódico de ese día se comentaba que «tanto los bellos salones, con la grata compartición de la parte alta, hábilmente resuelta, como la cocina amplia y detallada en extremo, atrajeron la atención de los visitantes que dedicaron cálidos elogios y sinceras felicitaciones a los rectores de esta instalación modelo, que han derrochado generosidad para que nada estuviera ausente en la mejor presentación de este selecto establecimiento llamado a lograr un destaque merecido».
Pero el concepto no cuajó entre el público local, fundamentalmente por su alto precio. «No entraban ni los grajos», apunta de forma gráfica Marí Carmen. Entonces decidieron darle un giro de timón al negocio y apostar por productos más locales, incluir en la carta entremeses y pescados de la bahía y ofrecer a los clientes un menú al precio de 40 pesetas. Entonces sí, fue un éxito rotundo. «A las dos semanas llegaba la cola hasta la calle Granada». La popularidad del negocio fue creciendo con los años hasta que decidieron ampliarlo con el actual local de la calle San Agustín.
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En la actualidad dirigen el restaurante Mari Carmen Ramírez y José Antonio Lobera, que se hicieron cargo en el año 2000. La plantilla está formada por siete personas, entre las que se encuentra Beatriz, la hija del matrimonio, lo que garantizará su continuidad muchos años más.
A lo largo de todos estos años, el negocio ha sufrido numerosos altibajos, aunque siempre ha logrado mantenerse a flote gracias al impulso de esta familia de hosteleros. Entre los peores momentos recuerdan la década de los 80 por la inseguridad que se vivía en algunas calles del Centro. «La gente no quería pasar por la calle por la cantidad de robos y tirones que había», recuerda. También vivieron con gran pesar durante el tiempo que duraron las obras del Museo Picasso, aunque desde hace una década «nos ha devuelto con creces todo lo que perdimos».
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En la actualidad mantienen esa apuesta por el producto local de alta calidad. Entre sus platos estrella destacan la ensalada malagueña, las croquetas caseras, el hojaldre de berenjenas, el pescaíto frito, el rabo de toro o el chivo lechal malagueño. Lo único que ya no ofrecen es una carta de menú, algo que abandonaron hace algunos años.
Mari Carmen y Pepe se muestran ilusionados y emocionados por poder celebrar este aniversario con todos sus clientes y amigos, entre los que se encuentran familias completas de varias generaciones. El pasado mes organizaron una fiesta a la que asistieron todos sus seres queridos y comensales más habituales. «Fue uno de los días más bonitos de mi vida», cuenta emocionada.
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¿Y sobre el futuro? La empresaria confía en que sea largo y próspero. Pese a estar situado en una de las calles más turísticas de la ciudad, el Tormes cuenta con una amplísima clientela local que los visita desde siempre. Y eso es garantía de éxito para seguir ampliando la historia del restaurante ¿más antiguo? del Centro.
A pesar de la gran historia y tradición que tiene el Centro de Málaga, el restaurante Tormes, inaugurado en el año 1963, parece ser el más antiguo de cuantos siguen abiertos. Así al menos lo afirman sus propietarios y lo confirma el historiador Fernando Alonso, autor del libro 'Comercios históricos malagueños' –en donde viene recogido el Tormes–.
Explica que el Centro ha sido históricamente un lugar de bares y tabernas y no de restaurantes de mesa y mantel, como sí ocurría por contra en la Costa del Sol o en el entorno de La Malagueta. A eso se une que otros establecimientos con gran tradición como el mesón La Alegría, el Café Central o el Orellana, ya han cerrado sus puertas.
Con más historia y tradición que el Tormes destacan el bar Málaga, que abrió en el año 1852 en la calle Santa María, o la Antigua Casa de Guardia, que se inauguró en 1840 en la Alameda Principal, aunque ambas son tabernas en vez de restaurantes. También son anteriores otros como Antonio Martín o Casa Carlos, ambos en La Malagueta. Por contra, otros establecimientos históricos del Centro como El Pimpi, Cortijo de Pepe o mesón Mariano son más modernos que el Tormes.
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