Así es el restaurante más secreto de Málaga

La experiencia de Oculto es algo que pretende ir más allá de la gastronomía. Es el resultado de una sociedad que crece con las redes sociales en su día a día. Donde enseñar qué comemos o dónde comemos es casi tan importante que el propio sabor de la comida (si no más). Aquí Oculto tiene todas las de ganar: un post entrando al local o en su interior te harán ganar unas cuantas impresiones en tu círculo, eso seguro. A simple vista costaría creer que, en calle Castilla Pérez, en Nerja, se esconde un restaurante.

Una fachada de un edificio residencial donde el único atisbo de que ahí dentro se esconde algo distinto a un piso es una pequeña placa negra, con la palabra 'Oculto' plasmada en dorado, junto a un cajetín. El aire de local 'clandestino' forma parte de su juego y lo consigue con suma efectividad. Una vez introducimos la contraseña que nos envían por WhatsApp tras la reserva (así que olvídate de los planes improvisados en Oculto) se nos abre el portón y entramos en una sala oscura, donde esperaremos a que vengan a recogernos e introducirnos en el restaurante.

Dentro, la cosa cambia por completo: ese aire clandestino da lugar a un local lujoso y muy visual, donde la gastronomía se entremezcla con un ambiente algo 'discotequero' entre el volumen de la música y el juego de luces. Sin duda alguna, no se parece a ningún local en el que haya estado antes. Pero lo más importante: ¿qué tal se come?

Hay algunos platos que, según comentan los propios trabajadores, «no pueden faltar en nuestra cena». El más sonado de estos es el 'Jamón Oculto'. Finas láminas de entrecot madurado durante noventa días y flambeado en mesa. No es precisamente jamón, pero eso es lo que le convierte en un imprescindible. Su sabor se asemeja al jamón, pero al mismo tiempo no tiene nada que ver. Es una receta distinta con un sabor difícil de encontrar en otros lugares. Un imprescindible que se sirve a 26,90 euros el plato.

Tampoco deberías perderte una de sus últimas incorporaciones, los tiraditos de pez limón con trufa. Laminas de pez limón con trufa natural, salsa ponzu, yuzu, mayo trufa y virutas de tempura con ajetes tiernos. El cítrico es uno de los grandes protagonistas en este plato que se sirve a 24 euros.

En las tierras del postre, el Snicker oculto se lleva la palma de oro. Es, literalmente, un Snicker gigante. Así que si no te gusta esta barrita, decántate por otro. Pero si te gusta, querrás llevarte uno a casa.

Como platos hay muchos, pero estómago solo uno, toca elegir. Entre las elecciones personales se encuentra el tartar de atún picante (26 euros), un acierto seguro entre los amantes del tartar, aunque entre tanto condimento el sabor del atún queda ligeramente eclipsado.

Continuamos con una mezcla más arriesgada, una síntesis entre la gastronomía japonesa y las islas de la Polinesia Francesa (lugar donde se originó el tartar): nigiris de tartar de solomillo (3,90 euros la unidad). Esta combinación entre dos mundos, aderezada con parmesano y trufa, casa bien. No esperes el típico nigiri, pues como sus ingredientes indican, de usual tiene poco. Pero si no eres cerrado de mente seguro que lo disfrutas.

Para matar el apetito cerramos con un plato algo más contundente, la Lotus burger. Esta hamburguesa aderezada con salsa de la galleta de moda es una explosión de salsas. La carne está buena, pero no es de las mejores que he probado. Con un precio de 18 euros sin patatas, creo que es un plato prescindible. Aunque aquí, además de la comida, lo que pagas es su concepto.

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