El restaurante Palodú deja Teatinos para mudarse al centro de Málaga

Marina Martínez

Lunes, 22 de mayo 2023, 00:20

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Lejos del mundanal ruido de Teatinos, Cristina Cánovas y Diego Aguilar tienen el mérito de haber ido creciendo paso a paso en el barrio. Sin prisas. Sin fanfarrias. Desde una carta de tapeo para compartir hasta una más próxima a la alta cocina. Casi diez años llevan en su modesto rincón de la calle Carril del Capitán haciéndose más y más grandes. Tanto que incluso la Guía Michelin España & Portugal 2023 les incorporaba a su selección de recomendados.

Tal ha sido el estirón que han dado que les pedía un cambio. Y ha llegado: su mudanza al centro de Málaga. «Ha surgido todo en apenas tres semanas. Se nos ha presentado la posibilidad y no hemos querido dejarla pasar, las oportunidades están para aprovecharlas». Cristina Cánovas no esconde la «ilusión» que le produce este «nuevo proyecto». Porque así lo entiende, aunque el concepto y el nombre sigan siendo los mismos. «El que no arriesga, no gana. Nosotros emprendimos hace diez años y ahora queremos volver a hacerlo». Lo tienen claro ambos cocineros.

Ahora con la mirada puesta en la calle Sebastián Souvirón, donde estará su nueva casa. Calculan que entre finales de agosto y principios de septiembre podrá ver la luz. Concretamente en un edificio de dos plantas con 50 metros cuadrados abajo (para almacén) y 145 arriba, con capacidad para unas treinta personas. La firma Paco Lago se hará cargo del interiorismo de este espacio que no perderá el sello Palodú, ni siquiera en esa distribución por la que Cristina y Diego tienen querencia: la cocina vista.

«No nos gusta estar de espaldas a la gente, preferimos ver sus caras, sus reacciones, sus sensaciones… es como si trabajáramos en la sala». Así lo han hecho hasta ahora y así pretenden seguir haciéndolo en este nuevo salto hacia arriba. Y en ese reto se centran ahora tras despedirse del local de Teatinos justo este fin de semana. ¿Vértigo? «Siempre hay cierto miedo. Nos ha pasado hasta ahora con cada cambio que hemos ido haciendo, por pequeño que fuera. Esa incertidumbre de que la gente lo acepte, de que te conozcan, o de que te acojan de la misma forma».

Dudas y temores que Cristina Cánovas exterioriza al mismo tiempo que compensa con optimismo. «Se nos habían presentado hasta ahora varias oportunidades, pero no nos convencían. Esta sí la visualizamos, tenemos buenas vibraciones». Sabe que en el fondo es mejor ubicación. Eso de entrada. De salida, la confianza en esa buena respuesta del público al giro que han dado en los últimos años hacia una propuesta enfocada a la alta cocina. En ella quieren seguir creciendo. Un estirón más.