El restaurante Alea baja la persiana de forma definitiva en Málaga

Aunque el establecimiento permanecía cerrado desde las pasadas navidades, los empresarios no perdían la esperanza de volver a abrir cuando llegara la ansiada normalidad, aunque la imposibilidad de hacer frente a un alquiler elevado les ha forzado a adelantar la decisión.

El empresario Rodrigo Bocanegra explica que la pandemia les ha destrozado, ya que al contar con un local tan grande (900 metros) les era imposible resistir atendiendo solo en una pequeña terraza. Además, en su caso también atendían muchas celebraciones, algo que se cortó en seco.

Alea abrió sus puertas en el año 2006 y pronto se hizo con un hueco en la ruta gastronómica por excelencia del Centro. Bocanegra presume de que en aquellos primeros años rescataron algunas recetas tradicionales que prácticamente habían desaparecido de las cartas de los restaurantes, como el gazpachuelo malagueño. «Hacíamos alta cocina en un restaurante normal», recuerda.

En la última época antes del cierre, y en un intento de aprovechar todas las instalaciones de las que disponía, dividieron el restaurante en tres: por un lado seguía Alea, que era el núcleo central de todo, y por otro estaban el japonés Sake Izakaya -con acceso desde calle Horno- y la taberna El Timbre.

Por su cocina han pasado algunos de los cocineros más importantes del país, como Diego Gallegos, que actualmente cuenta con una estrella Michelín en su restaurante El Sollo, o Massanori Miyamoto, que ahora es jefe de cocina del grupo El Paraguas.

Rodrigo Bocanegra quiere seguir vinculado al mundo de la restauración, aunque considera que actualmente es demasiado pronto para pensar en ello, ya que están pasando una especie de duelo profesional. Adelanta que ya están trabajando en un nuevo proyecto aún por definir, aunque no tendrá que ver con Alea.