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Ana de Castro, enóloga de La Melonera, es una de las responsables de la recuperación. Marilú Báez
Dos regalos en forma de uva para los amantes del vino

Dos regalos en forma de uva para los amantes del vino

La finca La Melonera rescata una uva prácticamente desaparecida desde la filoxera, hace más de 150 años, y la bodega Huerto de la Condesa introduce en su viñedo otra que hasta ahora no se cultivaba en la provincia

Juan Soto

Málaga

Domingo, 20 de octubre 2024, 00:18

La melonera quiere recuperar el esplendor perdido hace más de 150 años. La uva autóctona de la provincia de Málaga, prácticamente extinta desde que la filoxera atacara a los viñedos de todo el sur, comienza a aflorar gracias al trabajo desarrollado por una bodega de Ronda. Junto a ella, la garnacha tintorera, otra variedad que hasta ahora no tenía presencia en la provincia, acaban de incorporarse al catálogo de la DOP Sierras de Málaga.

Especialmente singular es el caso de la primera, ya que la tintorera sí que se deja ver con bastante asiduidad en otras fincas del país. A pesar de encontrarse al borde de la desaparición, ahora crece en plena serranía, en un enorme viñedo rodeado de encinas, gracias al trabajo de recuperación realizado por la Finca La Melonera, empresa que además decidió también adoptar el nombre de la variedad.

Uva melonera, con su característico color morado intenso y piel rayada. Marilú Báez

El proceso de recuperación comenzó en el año 2008, cuando los responsables de la bodega se toparon con un libro de Simón de Rojas publicado en el año 1807 sobre las variedades de la vid que vegetaban entonces en Andalucía. De todas ellas llamó su atención la melonera, de la que lograron localizar cinco cepas en el Rancho de la Merced, un centro experimental de la Junta de Andalucía, y no han parado hasta lograr hacer vino con ella.

Ana de Castro, enóloga de bodega La Melonera, apunta orgullosa que de esas cinco cepas han pasado a una hectárea y media y avanza que el primer caldo elaborado 100% con esa uva saldrá al mercado en apenas un mes. Será una edición testimonial, apenas 350 botellas, pero un gran primer paso que aumentará en añadas sucesivas. «Nos ha costado mucho trabajo, pero estamos muy contentos», asegura.

Las dos uvas se han incorporado a la Denominación de Origen Sierras de Málaga

Aunque no le gustan las comparaciones, la enóloga explica que la uva «es similar a la pinot noir, de capa baja, elegante, sutil y con poco nivel alcohólico». Se vendimia a finales de octubre porque es una variedad tardía, se fermenta en barrica abierta y pasa 12 meses más en la misma barrica. El vino se llamará Yo Solo, que es la etiqueta que ellos utilizan para promocionar las variedades 100% autóctonas.

Respecto al proceso de recuperación que han tenido que desarrollar, recuerda que lo más complejo ha sido obtener los permisos de la Unión Europea, porque hay que demostrar que la uva es apta para la vinificación y para el consumo humano. Una vez salvado este primer paso, posteriormente han tenido que obtener la certificación de la Denominación de Origen Protegida Sierras de Málaga, algo que lograron el pasado 27 de agosto.

Sala de catas de la finca La Melonera, en plena Serranía de Ronda. Marilú Báez

Tras ser incluida, desde la DOP aseguraron que dicho trabajo de recuperación demuestra «la inquietud innovadora propia del sector vitivinícola de la provincia». En este sentido añaden que la caracterización y tipicidad de la DOP Sierras de Málaga se vincula sobre todo al diverso medio natural y a su estructura territorial, con manchas dispersas y de pequeñas superficies de viñedo, que potencian el factor del terruño, dando lugar a vinos de alta expresión y calidad.

La Melonera se encuentra en una enorme finca de 200 hectáreas aunque sólo 25 se encuentran plantadas y siempre en zonas protegidas por encinas, lo que protege a los viñedos de cambios bruscos de temperaturas y evita que la uva se deshidrate. Ellos empezaron a trabajar en el año 2006 con variedades internacionales, fundamentalmente cabernet sauvignon, merlot y tempranillo. Su primer vino fue Payoya Negra.

El primer vino con la uva melonera saldrá a la venta en noviembre; mientras que la garnacha tintorera se hará esperar un poco más

Pese a la gran acogida que tuvo (y sigue teniendo el vino), pronto decidieron apostar por variedades autóctonas para diferenciarse del resto de bodegas y atraer la atención del público. «Entendimos la importancia del kilómetro cero», resumen. De esta forma llegó la apuesta por La Melonera. Aunque no sólo por ella. La enóloga Ana de Castro avanza que también están trabajando en la recuperación de la uva Blasco, también original de esta zona del país. «Ya estamos trabajando y esperemos que pronto pueda ver la luz», avanza.

El caso de la garnacha tintorera

A muy pocos kilómetros de La Melonera, y también en un extenso terruño de la Serranía de Ronda, la bodega Huerto de la Condesa también ha desarrollado un importante trabajo para incorporar a la DOP Sierras de Málaga una uva que no tenía presencia en la provincia. Ellos han decidido apostar por la garnacha tintorera, una variedad que se cultiva en muchas comunidades autónomas como Extremadura, Valencia o Murcia, pero que hasta ahora no estaba incorporada a los viñedos de Málaga.

A diferencia del anterior, para su incorporación no ha sido necesaria ninguna labor de investigación, pero sí han tenido que pasar todo tipo de filtros y requisitos para que forme parte de la DOP. Sus impulsores han sido Luis Cepedano y Agustín Millán, propietario y enólogo, respectivamente, de la bodega. «Nosotros empezamos a elaborar vino con garnacha y con syrah, pero pensamos que la garnacha tintorera nos puede dar algo de frescura».

Luis Cepedano y Agustín Millán, propietario y enólogo de Huerto de la Condesa. Marilú Báez

Respecto a la uva apuntan que «es una variedad muy productiva y la única con la pulpa tinta». También añaden que es muy versátil, ya que se puede recoger tanto al principio como al final de la vendimia. «La puedes vendimiar cuando más te interese», confiesan.

La bodega Huerto de la Condesa acaba de plantar sus primeras 1.200 plantas de esta variedad, por lo que aún deberán pasar unos años para ver en el mercado un vino malagueño que utilice esa uva. Su intención es comenzar a mezclarla con otras variedades, aunque en el horizonte también tienen el deseo de hacer un vino 100% tintorera garnacha. Aunque para eso habrá que esperar unos 10 años, que es el tiempo que la planta necesita para ganar madurez y estar en su momento óptimo.

Huerto de la Condesa es una de las últimas bodegas que se han puesto en marcha en la Serranía. Ellos comenzaron a trabajar en el año 2019, aunque las primeras botellas comenzaron a comercializarlas en el año 2021. La bodega elabora actualmente siete referencias diferentes, y su vino más popular es que el lleva el nombre de la mima bodega en su variedades tinta (con garnacha y syrah) y blanco (viogner, moscatel y sauvignon blanc). 

Mejor cosecha de lo esperado

Los responsables de la bodega se muestran satisfechos al hablar sobre la vendimia de este año, que ha ido mejor «tanto en cantidad como en calidad». En su caso han recogido más de 500 kilos cuando el pasado apenas llegaron a 300. «Este año ha llovido más que el anterior y eso se ha notado», sostienen.

Los datos aportados por los bodegueros coinciden con los facilitados por la Asociación de Bodegueros y Viticultores de la Serranía de Ronda, donde confían en superar las 800.000 botellas. En declaraciones a SUR, el presidente de la asociación, Manuel Carrizosa reconoció a principios de mes que éste ha sido «un año bueno en términos de volumen y en cuanto a la calidad», ya que toda la uva que ha entrado en las bodegas «está bastante bien, a pesar del adelanto de la vendimia y el calor, que no es lo mejor para el final del ciclo».

Cuando Málaga era uno de los principales productores del mundo

Antes de que la filoxera arrasara con los cultivos de medio mundo y se cebara especialmente con los viñedos de la provincia, Málaga era una de las mayores productoras de vino a nivel mundial. Estos insectos que afecta a la vid se detectaron por primera vez en julio de 1878 en la finca La Indiana, situada en Moclinejo. La plaga se extendió con gran rapidez y en menos de un mes ya había afectado a 200.000 cepas.

Antes de esa fecha, Málaga era una potencia mundial en la elaboración de vinos al contar con 112.876 hectáreas de viñedo (Burdeos, por poner un ejemplo, cuenta actualmente con 108.000 hectáreas de viñas). El historiador Cecilio García de la Leña, en su libro 'Disertacion en recomendación y defensa del famoso vino malagueño

Pedro Ximen y modo de formarlo', publicado en el año 1792, señalaba que Málaga contaba entonces con 60 variedades de vid, entre las que se destacaban la Pedro Ximen (que ocupaba el 40 por ciento del territorio) y la Moscatel de Málaga o Romano (que ocupaba otro 40 por ciento). Del resto, la más representativa era la variedad tinta Romé.

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