Los puestos del mercado de Atarazanas quieren ser bares

La voz la han levantado algunos de los puestos del área de carnes y charcutería que se encuentran más próximos a dicha actividad. Aunque de forma individual, han solicitado al área de Comercio colocar barras de alcance en sus puestos para permitir a sus clientes poder consumir los productos en el propio módulo.

Una de las primeros en reclamar este uso ha sido Concha Vicente, propietaria junto a su marido del puesto Armando Cuberos, con más de cuatro décadas de historia en el interior del mercado. Ellos están rodeados de bares y explica que instalar una barra de alcance «es algo que piden los propios usuarios». Esta empresaria asegura que las demandas de los clientes han cambiado y cree que hay que adaptarse a los nuevos tiempos para sobrevivir. «Muchos me piden un plato de jamón o de queso pero no se lo puedo poner en ningún sitio y se lo tienen que comer en la mano», resume.

Esta comerciante asegura que ellos se sienten «anulados», ya que no pueden atender a los clientes como se merecen. En su caso -confiesa- no quiere poner una freidora ni servir comida preparada como si fuera un bar, sino solo que les permitan convertir una parte de su mostrador en barra. «No creo que estemos pidiendo tanto», opina.

Con esos mismos argumentos se expresa Marcos Pareja, propietario de la Carnicería Marcos. A él, que también ha solicitado el cambio de actividad, le gustaría que todos los empresarios fueran iguales. «Todos los empresarios deberíamos tener las mismas oportunidades». En su caso cree que el cambio de actividad no afectaría al funcionamiento normal de los puestos, ya que podrían seguir ofreciendo productos frescos por la mañana e incluir el otro servicio cuando llegue el mediodía.

También se refiere a este asunto Rubén Díaz, de la charcutería OCorte. «Permitiría aumentar las ventas a quienes van más flojos», reconoce. Aunque ellos no han solicitado el cambio de actividad ni se lo plantean de momento, reconoce que es un tema que genera debate y controversia entre los empresarios. «Es verdad que muchos clientes se quieren tomar el jamón aquí, pero como no podemos les decimos que se lo lleven a los propios bares».

Pese a los argumentos esgrimidos por los empresarios, la petición se ha topado con la negativa del Ayuntamiento, que argumenta que el cupo de negocios de hostelería ya está cubierto en el mercado de Atarazanas. Explican que la ordenanza reguladora de los mercados municipales establece el porcentaje máximo de ocupación por tipo de actividad para garantizar la variedad de usos y apuntan que el destinado a hostelería ya está cubierto. En concreto, el 50 por ciento está reservado para la venta de productos frescos, y el otro 50 por ciento se divide entre congelados, panaderías, comestibles, comidas preparadas y varios.

La concejala del área, Elisa Pérez de Siles, añade que la ordenanza no impide a los empresarios de los puestos vender a los clientes sus productos, ya que el consumo en el interior del mercado no está prohibido. «Otra cosa es instalar una barra de alcance, que no se puede para garantizar la variedad de usos y la venta de productos frescos».

La ordenanza, vigente desde el pasado año 2021, sí permite que haya un mayor espacio para negocios de hostelería en aquellos mercados donde se han detectado más dificultades para ocupar todos los puestos y un mayor interés en abrir pequeños bares y restaurantes. De esta forma, el límite genérico del 10% de los puestos que pueden dedicarse a la hostelería se incrementó hasta el 20% en los mercados de Carranque, El Carmen, El Palo, La Merced y Bailén.