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Agustín Peláez
Domingo, 12 de junio 2016, 22:55
La moda de los vinos espumosos hechos en Málaga no deja de crecer. Desde que en 2013 el grupo Jorge Ordóñez lanzara el primer moscatel dulce espumoso de Málaga (Botani Espumoso), la apuesta del sector vitivinícola malagueño por este tipo de productos no ha dejado de incrementarse. De hecho, ya son cuatro las bodegas que han lanzado al mercado en algún momento en los últimos tres años este tipo de vinos, y al menos otra está trabajando en la elaboración de un moscatel espumoso mediante el método champenoise, también denominado tradicional.
Sólo en el último mes la oferta de espumosos malagueños se ha incrementado con tres nuevos vinos, de modo que en la actualidad se pueden encontrar hasta siete en el mercado provincial. Y es que algo deben de tener las burbujas, dado que esta no es una tendencia exclusiva de Málaga. La producción de vinos espumosos alcanzó los 17,6 millones de hectolitros en 2013 a nivel nacional.
En la actualidad, en Málaga las bodegas que más están apostando por los espumosos son Tierras de Mollina, de la cooperativa Virgen de la Oliva de Mollina, integrada en el grupo Dcoop; Bodegas Quitapenas, Jorge Ordóñez y Antonio Muñoz Cabrera-Dimobe.
Tras el lanzamiento en 2014 de Apiane, un dulce espumoso de moscatel, del que elabora 50.000 botellas anuales, Tierras de Mollina acaba de realizar otros dos nuevos lanzamientos: Apiane seco espumosos, elaborado también con uvas moscatel, con una producción de 10.000 botellas, y Apiane rosado espumoso (10.000 botellas), elaborado la variedad shiraz, una uva tinta que se cultiva en todo el mundo y se usa sobre todo para producir vino tinto. «Han sido nuestros propios clientes quienes nos lo han pedido», señala el director comercial de Tierras de Mollina, Juan José Martín.
Según Martín, el Apiane dulce espumoso de moscatel fue un gran revulsivo para la bodega, como lo demuestra el hecho de que en los últimos tres años la producción de este vino ha pasado de 14.000 a 50.000 botellas.
Quitapenas es otra de las bodegas que están apostando por los vinos espumosos. Su primer lanzamiento consistió en un moscatel seco hecho en Málaga con uvas de Almáchar, de fermentación cien por cien natural, después de tres años de trabajo e investigación. Se trata de Florestel seco espumoso. Su producción actual está en unas 5.000 botellas. La última añada se agotó la pasada navidad, según la gerente de la bodega, Marta Suárez, rompiendo su stock.
Aunque no se puede calificar como espumoso, Quitapenas lanzó en 2015 su frizzante Tachín, un vino de aguja con una ligera burbuja. Su última apuesta sin embargo es el Florestel moscatel dulce espumoso, con sólo 7 grados de alcohol, del que ha elaborado 15.000 litros y con el que la empresa aspira a sorprender este verano en toda la Costa del Sol. De hecho, se trata de un vino pensado precisamente para que los malagueños lo disfruten esta temporada estival, señala Suárez.
También Bodegas Antonio Muñoz Cabrera-Dimobe de Moclinejo, está trabajando en la elaboración de un espumoso, en este caso un moscatel seco, el primero en la provincia a partir del método tradicional (champenoise), con segunda fermentación en botella. Esto significa que el vino tendrá una crianza en botella de varios meses (aún por determinar).
Navidad de 2017
Según el director de Dimobe, Juan Muñoz, ha finalizado la fermentación en botella, aunque aún queda la crianza, «porque lo que buscamos es un producto de bastante calidad». La idea de la bodega es lanzar su espumoso de moscatel seco en la navidad de 2017. Sin embargo, no descartan lanzar a finales de este año algunas botellas con la intención de testar y conocer la reacción de los consumidores.
Dimobe ha elaborado 4.000 botellas de este vino como una prueba piloto y no descarta elaborar esta vendimia otra cantidad. De momento, según Muñoz, la empresa no ha decidido el nombre con el que lanzará al mercado su espumoso.
La primera bodega en apostar por los espumosos hechos en Málaga fue Jorge Ordóñez en 2013. Su acogida fue tal que al año siguiente duplicó la producción hasta alcanzar los 80.000 litros en 2014. Se trata de Botani Moscatel Espumoso.
El grupo bodeguero malagueño, visto el éxito de su espumoso dulce, decidió en 2014 lanzar un seco, también elaborado con uvas moscatel de Alejandría cien por cien, procedentes de los viñedos viejos de Almáchar. Actualmente, sin embargo ha dejado de elaborarlo.
Antigua Casa de Guardia sorprendió también la pasada navidad, con motivo de su 175 aniversario (1840-2015), al lanzar un cava propio. En concreto, lanzó un brut y un semiseco elaborados con uvas macabeo (90 por ciento) y sauvignon blanc (10 por ciento restante) y una selección de uvas blancas en la localidad valenciana de Requena bajo los controles del Consejo Reguladora de la Denominación de Origen Cava. Fueron 3.000 botellas del brut y otras 3.000 del semiseco, ambos con 11,5º de alcohol.
Según el Consejo Regulador Málaga y Sierras de Málaga, en la campaña 2015-2016 las bodegas malagueñas elaboraron 2.346.107 litro, de los que 1.191.652 fueron dentro de la D. O. Málaga y 1.154.455 de Sierras de Málaga.
Desde 2010 a 2015 la elaboración de tintos ha pasado de un 14 a un 30 por ciento, hasta alcanzar los 701.991 litros en la última campaña; los blancos del 13 al 20 por ciento, con 406.296 litros, y los rosados del 0,4 al 2 por ciento, con sólo 46.168 litros. En este contexto, los espumosos siguen siendo aún pocos significativos, aunque las bodegas comienzan a apostar por este producto.
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