Uno de los camperos que preparan Encarni Rodríguez y Francisco Rando, con el recuerdo de Rincón de la Victoria de fondo

Málaga exporta el campero a Madrid

Un matrimonio de Rincón de la Victoria triunfa en la capital con el tradicional bocadillo

Marina Martínez

Sábado, 9 de abril 2016, 22:34

A estas alturas, la duda puede ofender a cualquier malagueño si se le pregunta qué es un campero. Pero, ¿y en Madrid? Allí a más de uno le suena a chino. Y hasta puede hacer gracia el nombre. Dan fe Encarni Rodríguez y Francisco Rando. ... Este matrimonio siempre había tenido la idea de dar el salto fuera de Málaga. Lo que no pensaban es que serían pioneros. Se liaron la manta a la cabeza y hace apenas diez meses decidieron cambiar Rincón de la Victoria por Madrid. Y nada menos que para exportar algo tan malagueño como el campero.

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De sobra conocidos entre los madrileños son los molletes de Antequera, el gazpachuelo o la particular forma de pedir los cafés en Málaga. Pero no tanto el campero. De entrada, el nombre ya llama la atención. De ahí que Encarni Rodríguez encontrara en 'Granjero busca esposa' el aliado ideal para bautizar el negocio. Esa fue la inspiración. Esa, y su sobrino, Fran Ruiz. Él les animó a emprender el proyecto después de que pasaran unos días de vacaciones en su casa de Chueca. Dicho y hecho. Dos meses después, el matrimonio Rando Rodríguez, con experiencia en el sector, se trasladaba al conocido barrio (concretamente, a la calle Barbieri) para trabajar y para vivir (encontraron casa a sólo unos metros)... pero, sobre todo, para dar a conocer a los madrileños las cualidades de este singular bocadillo al que ni hamgurguesas ni kebabs han conseguido 'comerse' con el paso del tiempo.

Encarni y Francisco, de hecho, tenían confianza ciega en él. Teníamos intención de salir de Málaga, los inviernos son duros, así que no lo pensamos mucho cuando nos surgió la oportunidad, recuerda Rodríguez, sin esconder su satisfacción después de haber dado un giro a su vida prácticamente de la noche a la mañana. Y tan feliz. La respuesta de los madrileños ayuda. El boca a boca está funcionando fenomenal. Hay gente que nos dice que viene desde Moratalaz, Arganda del Rey, Leganés o Alcalá de Henares, añade, ya con clientela fija pero también con muchos rostros nuevos a diario. Entre ellos, alguna sorpresa, como la visita del paisano Fran Perea o la primera ganadora de 'Operación Triunfo', Rosa López. Y entre unos y otros, numerosos malagueños en busca del sabor de la tierra y otros tantos madrileños sorprendidos, sobre todo, por el tipo de pan y la forma de prepararlo. Por lo que nos cuentan, en Madrid es complicado encontrar buen pan y, sobre todo, que te lo sirvan bien preparado y caliente, advierte esta pareja que habitualmente sirve a la semana unos cuatrocientos camperos, con excepciones como el Día del Orgullo Gay, en el que vendieron unos quinientos en una sola jornada, prácticamente recién abiertos.

Casi por casualidad, dieron con el pan idóneo sin necesidad de llevarlo desde Málaga. Aseguran que se vende en pocas panaderías de Madrid, pero dieron con la suya en Alcalá de Henares. Les resulta más caro, pero el éxito en la capital les permite mantener precios asequibles para el gran público. Entre 3,5 y 5 euros, dependiendo de la elección. Molletes XXL, como ellos mismos definen, con una base de queso, mayonesa, lechuga y tomate. El resto, a gusto del consumidor. Alguna innovación han introducido, como el campero de camembert con cebolla caramelizada o el de salmón, además del clásico de pollo, el de atún o el de lomo a la pimienta.

También tienen baguettes más reducidas para estómagos más pequeños. Así describen el 'pepito', que se incluye además en la carta, junto a las patatas asadas rellenas (5 euros), otra de las otras opciones de 'papeo' que, según Rodríguez, escasean en la capital madrileña. Y hasta redondean el menú con postres. En este caso, de la firma Montero. La idea es ir introduciendo productos de Málaga poco a poco, como el Cartojal o los vinos de la Axarquía, avisan convencidos del potencial en la capital. No en vano, ya hay quien se ha interesado por abrir franquicias muy cerca, en La Latina, e incluso más lejos, hasta en Barcelona. Ellos, de momento, sacan jugo a este pequeño local de filosofía 'take away'. Fines de semana, incluso hasta las seis de la mañana. Sin contar el reparto a domicilio y los pedidos a través de Glovo, Whatsapp y Facebook, perfil en el que dan buena cuenta de las visitas que reciben en forma de fotos. Quien quiera aparecer en este particular 'paseo' de la fama sólo tiene que hacer parada en la calle Barbieri, 13.

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