La Milla, la exaltación del producto

La Milla. Sus creadores lo definieron hace ya varios años, cuando se inauguró, como un «gastrobeach». Yo personalmente, y después de haber estado después de la reforma de sala y entorno, prefiero definirlo como un restaurante en medio de la arena, ya que, sin duda, también tienen la mejor carta de vinos que a día de hoy podemos encontrarnos casi casi al borde mismo del agua. La Milla es uno de los grandes restaurantes a pie de playa, mejor todavía, metido en plena arena, que hoy tenemos en toda nuestra costa. La calidad de la materia prima, las técnicas de cocina y la profesionalidad de quienes trabajan aquí lo hacen posible.

Volviendo al mundo de los vinos, la nueva carta de bodega de esta casa no tiene límite en cuanto a la diversidad y origen de todas sus referencias. Por poner un ejemplo y dentro de los vinos internacionales, nos vamos a encontrar un apartado con un buen número de champagnes, la mayoría de pequeños productores, pero también con otros espumosos franceses blanc de blancs, blanc de noirs y, por supuesto, vinos franceses, alemanes e italianos junto a blancos, rosados y tintos de esos países y de un buen número de denominaciones de origen españolas. En fin, una carta de vinos que hace las delicias y eleva el paladar de todo buen aficionado al mundo del vino.

Luis Miguel Menor y César Morales lo han tenido muy claro desde el principio, la exaltación del producto de calidad tenía que ser la divisa de este restaurante y lo han conseguido. La cocina de La Milla es una auténtica cocina de 'kilómetro 0', es decir, una cocina que se nutre y aprovisiona en gran parte de todos los productos que se encuentran en los alrededores del restaurante, bien sean procedentes del mar como aquellos que proceden del interior de nuestra provincia. La carta empieza con una serie de elaboraciones que forman parte de esos clásicos platos que todo buen restaurante tiene en su haber, y entre los que destacan los langostinos a nuestro pil-pil, el dúo de anchoas en brioche con mantequilla de caviar y queso comté o la cazuela de mejillones vapor al caldo corte.

Después sus gazpachos rojos, blancos, líquidos o espesos, sus platos crudos donde nunca faltan las ostras o el tartar de atún, fritura de pescado, arroces y una serie de pescados más grandes al horno, sin olvidarse de los clásicos espetos de sardinas o salmonetes y de algunos cortes de carne para los que opten por platos de tierra adentro. No obstante, lo mejor es ir directamente a las sugerencias y dejar que sea César quien nos haga el maridaje de platos y vinos, pues en su carta nos vamos a encontrar alrededor de 400 referencias.

Luis Miguel sigue siendo un consumado maestro de los 'puntos' del pescado y marisco para que lleguen a la mesa con todo su sabor original. Todo hace de La Milla uno de los grandes entre los grandes de Málaga.

Camarones con caviar

Tres productos tan diferentes, por su textura y sabor, pero que Luis logra fundir en un solo bocado donde la fuerza del caviar se entremezcla con la suavidad del camarón y la untosidad del huevo. Un plato diez.

Quisquillas

La humildad de este pequeño marisco es excelsa cuando se preparan las cabezas en fritura y el cuerpo, con sus huevas azules, en crudo. La disparidad de textura en boca roza lo sublime por ese crujiente y meloso a la vez.