
Matiz es, sin duda, una de esas pequeñas joyas gastronómicas que permanecen en el centro de las ciudades turísticas para disfrute en su mayoría de ... un público autóctono. Basta con acudir en horario de almuerzo o cena para darnos cuenta de que muchas de las mesas están ocupadas por malagueños, aunque cada vez más el turismo hace acto de presencia en este restaurante del hotel Molina Lario. La verdad es que no me extraña en absoluto dada la buena relación que existe entre la calidad, el precio y la variedad de su cocina.
Publicidad
Al frente del equipo se encuentra como jefe de cocina Pablo Molina; responsable de sala y bodega, Hugo García; y jefe de barra, especialista en preparar todo tipo de cócteles, tanto en Matiz, como en la terraza del último piso del edificio, The Top Cocktails, Lautaro Amarillo. Los tres dirigen un sólido equipo profesional que se desenvuelve, tanto en sala como en cocina, con premura, lo que es de agradecer cuando se trata de ir a probar un menú degustación de varios platos.
Dirección: C/Bolsa, 14. Málaga.
Teléfono: 952 579 673.
Cierre: Ningún día.
Web: restaurantematiz.es
Precio: Sopa de raifort: 12 €. Raviolis de vieiras: 24 €. Presa ibérica: 25 €.
Valoración: Cocina: 8. Sala: 7. Carta de vinos: 7. Calificación: 8 / 10
Nunca mejor dicho, el nombre de Matiz le viene como se suele decir, 'como anillo al dedo', ya que lo que nos vamos a encontrar es precisamente una cocina muy mediterránea reactualizada y donde un pequeño matiz basta para deleitar el paladar. Aquí la creatividad no rompe con la tradición y los productos malagueños, los platos malagueños, son la base de la cocina de Pablo. Los matices que nos vamos a encontrar en cada una de sus elaboraciones de la carta son los que otorgan personalidad a Matiz.
Han pasado casi dos años desde mi última visita y los cambios encontrados han superado mis expectativas. Pablo interpreta fielmente lo que se ha dado en llamar 'cocina de kilómetro 0', pero que vuelve a ponerla en valor al reinterpretar esos platos de la cocina popular malagueña y adaptarlos a los gustos actuales, donde la cocina más ligera gana adeptos día a día. Ahí están esas elaboraciones como la sopa fría de raifort con caballa o la mismísima presa ibérica con un suave puré de patatas violeta.
Publicidad
La carta de vinos no es de esas que intentan sorprender al cliente por sus excasivas referencias, más bien lo contrario, aunque los vinos malagueños sí que se encuentran entre los preferidos por parte de Hugo a la hora de hacer los maridajes.
Raviolis de vieiras y gambas
Muy acertada la salsa holandesa de albahaca, aunque quizá excesiva para acompañar los raviolis. El caviar además de aportar un poco de salinidad al conjunto, realza el sabor de la propia salsa.
Publicidad
Presa ibérica
Como broche en un menú degustación con aires malagueños no podía faltar la presa ibérica. Muy acertado el punto de fuego y su guarnición, un cremoso de patatas violeta, un calabacín ahumado y la aportación ácida del encurtido.
Sopa fría de raifort
El raifort es el rábano picante que suele sustituir al wasabi y es perfecto para acompañar carnes y ciertos pescados azules, como es en este caso, la caballa ahumada. Muy equilibrado en cuanto a acidez y el contraste del aceite de hierbas.
Publicidad
Marengo y exquisito
Es uno de los postres más acertados de Pablo para acabar el menú en Matiz, pues es un bizcocho de cerveza negra Victoria para nada dulzón, ni empalagoso. Muy suave la crema y comedido el toque de tierra a base de galleta y Nutella.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.