Lumumba, chispazo y florestel... Una nueva taberna resucita los cócteles clásicos malagueños

El nuevo establecimiento hostelero tiene alma malagueño-asturiana y ofrece una carta repleta de embutidos, quesos, salazones y buen vino. Además, como carta de presentación, también ha rescatado algunos de los cócteles más clásicos e históricos de Málaga: lumumba, chispazo o florestel. Tang, también conocido por ser el campeón de España en abrir ostras, explica que la base de todo será el producto y que los clientes tendrán a su disposición diferentes tablas que podrán elaborar en función de sus gustos.

Aunque inicialmente iban detrás de un local en El Palo se toparon con el de la calle Cañón, que previamente estuvo ocupado por el bar Siloe, en el número 7 de la calle, junto a Rincón Catedral. «El sitio es un puntazo porque es el segundo local más próximo a la Catedral», presume. «Desde el primer momento que lo vimos nos quedamos encantados porque es el sitio ideal para lo que queríamos hacer», añade.

Ampliar

El local cuenta con alrededor de 50 metros cuadrados de superficie y capacidad para unas 45 personas en el interior. Además dispone de una pequeña terraza con cuatro mesas. Al frente de la barra se sitúa José Gámiz. La apertura del nuevo establecimiento ha permitido la contratación de tres personas.

A nivel gastronómico ofrecen todo tipo de embutidos, que se comercializan al peso desde 100 gramos, quesos de la empresa malagueña Santa María del Cerro, de Villanueva de la Concepción, o de procedencia asturiana, anchoas, gildas e incluso ostras (destaca la preparada con piparras y vermut). Como platos más elaborados cuentan con un carpaccio de chuleta de vaca, queso asturiano 'La Chivita' y sal de trufa o una tosta de pastrami, chucrut, kimchie y mostaza de cerveza.

También es destacable su amplia oferta de vinos, todos con posibilidad de copear. Cuentan con doce referencias de Málaga entre blancos, tintos, dulces y vermut, y otras tantas de diferentes denominaciones de origen. Sorprende especialmente el apartado de cócteles, en donde han rescatado clásicos populares como el lumumba (coñac con batido de chocolate), el chispazo (vermut con cola) o el floristel (vino dulce con gaseosa).