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Sr. García .
Luis Irízar y II

Luis Irízar y II

UN COMINO ·

BENJAMÍN LANA

Sábado, 11 de diciembre 2021, 00:05

En ocasiones como ésta asalta la duda. ¿Qué hacer? Sumarse a la legión de escribidores, amigos, aficionados y recién llegados que no escatimarán en elogios ... ante el cuerpo presente de un gran hombre o dejarlo estar y no sumarse al coro que repite frases más o menos hechas que elogian lo gran persona que fue fulano. Hoy he resuelto el dilema bastante rápido. Apenas unos segundos desde que la noticia –esta vez nada inesperada– ha llegado a mis oídos. Ha fallecido Irízar, el maestro, que dicen algunos de los mejores que aprendieron de esfuerzo, humildad y respeto a las personas, así fuera en la fortaleza de su madurez temprana o en los últimos tiempos en los que recogía la sabiduría de vuelta de todo, esa que solo se puede alcanzar a las puertas del ocaso. Y he pensado en guardar mi tema previo para este artículo de hoy dejarlo para cuando sea, si sigue siendo relevante, y ponerme a la obra de contar algo no tan original, no tan diferente a lo que escribirán tantos otros, sin ápice de protagonismo personal, porque ni viví, ni crecí junto a él y le conocí de refilón, pero que sumado a otras voces quizás consiga ese efecto 'ochote' de raíz, pureza y solemnidad que tanto se merece Luis Irizar. Pienso en que tampoco conocí a Darwin ni a Chaves Nogales ni a Bill Evans. Una cosa no quita la otra. Así que esa no va a ser la circunstancia que me limite. Y aquí estoy, a ver si soy capaz de alumbrar algún rinconcillo de su vida o de su obra al que aún no hayan llegado los faroles de tantísimos –espero y deseo– en esta hora de su muerte.

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