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'This Kava is over'. Así se anunciaba hace tres meses el cierre del restaurante marbellí. Pero para volver. Sin saber muy bien cómo, pero ... sí con un objetivo claro: renovarse, no morir. Y lo ha hecho para reabrir el próximo 18 de marzo en un local totalmente reformado bajo la firma del interiorista y arquitecto Pedro Ayora (Estudio Inhabit), y con mucho espacio para el arte a través de las ilustraciones de Marta Botas, especialista en crear narrativas visuales en torno al disfrute y la cultura gastronómica.
«Necesitábamos evolucionar», justifica el cocinero Fernando Alcalá, alma mater de este proyecto que regresa tras un cambio radical con una propuesta aún «más personal» si cabe: «De las cosas más difíciles que hay en este mundo es tener personalidad, y eso intentamos nosotros, ahora además nos acompañan el entorno y los medios. Es como un comienzo nuevo». ¿Cómo se traduce eso? Según el marbellí, la gran diferencia estará en el espacio, que se renueva totalmente, y en un ambiente «más solemne». «Hemos pasado a ser sólo cinco mesas porque entendemos que hacen falta en Marbella sitios de lujo tranquilos y que cuiden al máximo los detalles», aclara con la única pretensión de «ver disfrutar a la gente».
Las «ganas de evolucionar» le impulsaron a este nuevo salto en Kava. Una ruptura total en apariencia, pero en el fondo sin perder el sello Fernando Alcalá. El que fuera reconocido como Cocinero Revelación en Madrid Fusión 2019, no puede desprenderse de su marca: producto local con técnica global. Lo seguirá haciendo con sus características influencias viajeras, pero con una máxima: «Que todo lo que hagamos tenga un sentido».
Y en esa apuesta por la personalidad, se marca el reto de ofrecer autenticidad desde la raíz: «Que el café sea tostado exclusivamente para nosotros, que los panes se hagan en casa, que utilicemos los ingredientes de nuestro propio huerto, que los uniformes sean diseñados por un artista nacional...». En resumen, una propuesta «no ostentosa, pero sí muy detallista». Gastronómicamente hablando, esos detalles se percibirán al probar cada plato, no en fotos. Dentro de esa línea lejana al postureo y las fanfarrias a la que nos tiene acostumbrados Fernando Alcalá. Ahora quiere dar más valor aún a la experiencia Kava.
Poco puede adelantar aún de la cocina. Recuerda que la singularidad de sus recetas es que sean «recién creadas y con chispa». Siempre ha jugado con la temporalidad. Ahora también, a través de dos menús (Lord Fer, 149 euros y Amatxo, 79) en los que seguirá confrontando la cultura española con la de otros países. Tiene tablas de sobra para ello el cocinero marbellí. El espíritu viajero que siempre ha imprimido a sus platos es la mejor prueba. Sin olvidar que cuenta con una extensión de su cocina en Filipinas. Concretamente, en Manila, donde abrió en 2023 el restaurante Bolero.
Todo ese poso se ha ido reflejando en sus elaboraciones, que le han valido el Sol de la Guía Repsol y el premio a la mejor tarta de queso en el campeonato nacional celebrado en 2019, además del mencionado título de cocinero revelación en ese mismo año.
Desde que abriera Kava en 2015, Fernando Alcalá no ha dejado de crecer. Además de su incursión en Manila, también cuenta en Marbella con otro concepto: Cotxino, la taberna en la que saca su lado más informal y a la vez más apegado a la tradición en formato desenfadado, y con la que fue finalista en el último campeonato nacional de ensaladilla rusa de San Sebastián Gastronomika.
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