Ya desde fuera se intuyen las intenciones. Un gran alacrán, un vivo surtido de plantas, cactus y hasta árboles vestidos de colorido croché. Huele a ... buen rollo. Y a México. Pero ojo, hay gazpachuelo en la carta. Algo descuadra. Eso es precisamente lo que pretenden Richard Alcayde, Miguel del Valle, Álvaro Redondo y Miguel Ruiz con Hacienda Alakran, desmarcarse con algo diferente y, sobre todo, lo más personal posible. Se nota más aún a medida que se va entrando al restaurante. Todos los detalles llevan sello artesano. Desde el 'abrigo' de los troncos de los árboles hasta las figuras de mimbre o las mesas (algunas, incluso, antiguas máquinas de coser). Y mucho color. En las sillas, en las mesas, en las paredes… pero también en la carta. Esa es la idea, que todo tenga su sentido. Fuera y dentro del plato.
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Dirección: Avenida del Editor Ángel Caffarena, 36 (Málaga).
Teléfono: 952 62 70 57 / 606 54 50 46.
'Tacos, brasas y mucha fusión' es el lema bajo el que acaba de abrir Hacienda Alakran en el espacio que ocupara La Casería de Jacobo Vázquez hasta el pasado mes de noviembre en la avenida del Editor Ángel Caffarena 36, muy cerca de La Caja Blanca. Un enorme chalé distribuido en varias zonas (terraza, porche y dos salas interiores), con capacidad para unas cien personas, perfecto para lo que buscaban Alcayde, Del Valle, Redondo y Ruiz: aportar algo nuevo a la ciudad, romper moldes, trascender los límites culinarios convencionales y sacar al comensal de su zona de confort.
Todo bajo la marca del alacrán, un tipo de escorpión con mucho simbolismo en la cultura mexicana como representación de una dualidad entre el bien y el mal, el peligro y la rebeldía. Ese constante desafío encaja como un guante en la filosofía de este nuevo concepto fresco, audaz, creativo, picante, con identidad y cierto punto canalla. Aparentemente, con aire mexicano. Pero que no le lleven a engaño ese alacrán, las mazorcas de maíz y los cactus decorativos, ni la larga lista de tacos.
«Más que cocina mexicana, yo lo definiría como cocina divertida, porque tiene muchos contrapuntos». Alcayde quiere huir de etiquetas. Lo demuestra sobre la mesa: brioche de jurela en escabeche de gallina vieja, con mayonesa de lima, verduras y encurtidos; croquetas de tinga de res, mojo, chipotle e hinojo; taco de chivo moruno con yogur, berenjena asada y ciruela; o un sorprendente gazpachuelo con maíz, setas, cilantro y queso Oaxaca. Por citar sólo algunos platos de una carta en la que no falta la carne a la brasa ni guisos como el de rabo de toro con plátano macho asado, migas y mole poblano.
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Mucha inspiración del otro lado del charco, pero también mucho sabor andaluz y malagueño. «Queríamos mostrar nuestra visión de la cocina mexicana, pero nuestra memoria está ahí, y esa influencia también tenía que salir de alguna forma», explica Álvaro Redondo. Como el resto de ese equipo de alakranes, curtidos en mil y una batallas culinarias. Con un importante bagaje culinario a sus espaldas que incluye restaurantes como Mar de Alborán, Montana o Sollo, sus caminos se han ido cruzando a lo largo de los años.
Hasta que compartir cocinas en Starlite les dio el empujón definitivo. Con Alcayde como chef ejecutivo, el festival marbellí estrenaba este pasado verano nuevas marcas gastronómicas, entre ellas, el japonés Tanabata y el mexicano Ánima. «Si lo pudimos hacer allí, ¿por qué no en Málaga?», se preguntaron. Así recuerda el germen de Hacienda Alakran Miguel del Valle, convencido de que «Málaga necesitaba un sitio como este, tipo taquería, pero diferente y con mucha fusión».
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No les falta seguridad. Ni ganas. Dos meses de I+D y más de 50 platos de pruebas les ha costado llegar hasta la carta definitiva: cerca de treinta propuestas saladas y cuatro postres. ¿Ticket medio? Entre 30 y 35 euros. Otra opción es escoger el menú que sirven por 38 euros (cuatro platos y un postre). «Todo lo hacemos aquí, desde los totopos para el guacamole hasta el escabeche para el brioche. Estamos llegando casi al amanecer y nos vamos de madrugada, tenemos mucha ilusión puesta en esto y queremos hacer las cosas bien, nada de quinta gama», avisa Richard Alcayde, que compaginará este proyecto con La Kocina Gastrolab, los asesoramientos y la dirección gastronómica de Starlite Occident, al frente de la cual lleva ya siete años.
Le gustan los retos. Y tiene buenos aliados para este último. Cuatro mosqueteros de la cocina que no descartan que Hacienda Alakran trascienda las paredes de la avenida del Editor Ángel Caffarena. En forma de 'delivery', foodtruck, colaboración con otras marcas o eventos y otras experiencias gastronómicas. De momento, en la primera semana de apertura ya han recibido varias propuestas para replicarlo en otros puntos de la provincia. «Pero primero vamos a esperar que eche a andar, y ya más adelante hablaremos de la universidad», bromea Alcayde.
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