El Grill, cocina clásica actualizada

No se puede visitar El Grill y hacerlo como si fuéramos a un restaurante más de cuantos existen en nuestra Costa del Sol, sin reconocer previamente la enorme influencia que a lo largo de estas décadas ha tenido el restaurante icónico del Marbella Club. Casi desde sus inicios todo sigue funcionando a la perfección, incluso tras la marcha por jubilación de uno de los mejores cocineros que han pasado por nuestra tierra, Simón Padilla.

El testigo en los fogones ha sido recogido hace ya un año por Santiago Guerrero, quien sigue interpretando fielmente lo que es y debe ser una cocina clásica, aunque, eso sí, poco a poco y de una forma elegantísima, ha ido introduciendo algunas sugerencias culinarias más en consonancia con los tiempos actuales que corren por las cocinas europeas. Un ejemplo es el carabinero glaseado con una salsa maltesa o el L-bone, un solomillo de vacuno que llega en el plato con su propio hueso.

No obstante, la carta de El Grill sigue fiel a una clientela que busca platos donde los tiempos de elaboración, las texturas y los fuegos rocen esa perfección que siempre tuvo la alta cocina clásica. Las especialidades que dieron en su día fama y nombre a El Grill siguen estando a disposición de la clientela. La terrina de foie, el soufflé de queso parmesano, el pato asado a la naranja o el carré de cordero, junto a una elaboradísima tarta de manzana caliente, son algunas de esas pequeñas obras de arte gastronómicas que son difíciles de olvidar.

La sala es igualmente digna de admirar, Alberto Galván la dirige con gran profesionalidad, la misma que Ángel González demuestra con los vinos.

Suflé de queso

Un clásico de El Grill casi desde sus inicios. En el siglo XIX ya hay escritos que aseguran que el suflé de queso se sirve en los grandes hoteles europeos. En El Grill lo elaboran con una crema de parmesano muy untosa y nada compacta.

Carabinero glaseado

Santiago ha incorporado este carabinero a la nueva carta de temporada. Un glaseado muy sutil envuelve todo el sabor del crustáceo. La salsa maltesa, una holandesa con un poco de tomate, viene a reforzar el conjunto sápido del plato.

Tarta de manzana

La tatín es una tarta clásica de manzana que se sirve caliente. Muy correcta la caramelización con mantequilla y azúcar que se le ha hecho a las manzanas antes de incoporarlas a la masa. Sabor y aroma penetrante que guardan equilibrio.

L-bone

No siendo el solomillo uno de los cortes que más sabor suelen tener, al prepararse junto a su hueso, los sabores cambian y se acrecientan. Las verduras son más que un sencillo acompañante, ya que están perfectas de punto.