Los rollitos de carne a la brasa con mostaza y miel de El Pikon

Llaman la atención en la carta, aunque no son los únicos platos de origen rumano, también ofrecen otra variedad de los mencionados mittei que son los rollitos transilvanos, rellenos de carne picada, verduras y especias, envueltos en hojas de parra y acompañados de salsa de tomate con nata y orégano.

Todo se debe al propietario y cocinero, el rumano Paul Negru, que lleva ya 18 años por estas tierras, 15 con el restaurante. De ahí esos toques exóticos que introduce en una carta en la que también hay mucho de la gastronomía local. De hecho, su nombre rinde homenaje a los antiguos braseros, pero con esa 'k' que refleja la intención de ir más allá.

Tradición, con guiños a la modernidad. O, como resume el propio Paul Negru, «sabor mediterráneo con un toque moderno». Ahí están, por ejemplo, el tartar de atún con aguacate, lima, salsa de soja y sésamo; la carrillada de cerdo en salsa de foie de pato con miel de caña y nata; o su característica Torre, con foie de pato y manzanas salteadas en mantequilla y canela, acompañado de frutas del bosque y mermelada.

Para rematar, los amantes del chocolate pueden pedir la tarta del pecado, aunque también hay otros postres para elegir, como la tarta de naranja con bizcocho de canela o la de dulce de leche con crema de galletas, entre otros. También ofrecen desayunos, así como opciones vegetarianas, veganas y sin gluten.