Entrecot de ternera empanado, salsa de tomate casera, una mezcla de queso mozzarella y gouda, jamón cocido y unas tiras de pimiento rojo asado. Así se sirve la milanesa napolitana, una preparación de origen argentino que ha ganado popularidad en todo del mundo. En el restaurante Casa Belén, situado en el Paseo Marítimo de Fuengirola, este plato se ha convertido en un favorito de la clientela. La versión «napolitana» se distingue del clásico filete de ternera empanado por los ingredientes adicionales que lleva por encima.
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«Una de las claves para una buena milanesa es la calidad de la carne. Desde el inicio, utilizamos entrecot de ternera, procedente de Argentina, cortado muy fino», explica Belén Jatum, al frente de este local familiar. Su padre Pepe lidera la cocina, su hermano Bruno se encarga de la sala y su madre Mari apoya en las tareas diarias, asegurando que todo esté listo para los clientes, como lo han hecho desde la apertura del restaurante hace 16 años. «Somos un negocio familiar y nos enfocamos en ofrecer calidad», añade.
Dirección Paseo Marítimo Rey de España, 3, Fuengirola
Teléfono 952 467 573
Precio 18 euros
En cuanto a la oferta gastronómica, «nuestra propuesta evoca la cocina tradicional y los sabores de la casa de la abuela», comenta Belén. Además de la milanesa napolitana, el menú incluye otros platos como las gambas al pil-pil, muy demandas entre la clientela noruega y finlandesa, los canelones de carne y verdura y las clásicas empanadas de carne.
El origen de Casa Belén es de lo más curioso. Pepe, el padre de la familia, trabajó como espetero en un chiringuito cercano y, por las tardes, pasaba de hacer pescados a pie de playa a un restaurante, ya desaparecido, con parrilla y tradición italiana. Más tarde, el oficio le llevó a conocer a un franco-argentino que regentaba el actual emplazamiento y, que por estas mesas, había pasado su hija Belén. Con el tiempo, y con el deseo de gestionar su propio negocio, la familia Jatum decidió abrir Casa Belén en 2003.
En 2009, ampliaron, durante unos años, su oferta con una heladería donde elaboraban helados artesanales con sabores «poco comunes en esa época, como el chocolate picante o banana con dulce de leche», relata Jatum.
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Actualmente, los postres artesanales son un imprescindibles en el menú. Destacan la tarta Banoffee con una base de galletas, dulce de leche, plátano y nata; los alfajores de maicena, un bocado famoso argentino basado en una galleta con dulce de leche y coco rallado; los panqueques; o la tarta de zanahoria.
Casa Belén ha logrado consolidarse como un restaurante generacional. «Hoy en día, recibimos a los nietos de aquellos niños que solían entrar por la puerta», concluye Belén.
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