Torta de Algarrobo, la saludable 'cookie' malagueña

De hecho, el otro apelativo por el que se conocen estos dulces, que en realidad no son exclusivos del municipio Algarrobo, sino tradicionales en muchos pueblos de la Axarquía, es el de torta de aceite.

Con las variantes que se quiera, porque cada obrador de panadería o familia les da su toque, entre los componentes fundamentales de la masa, junto a la harina y el AOVE, están la matalahúva, el azúcar y algunas almendras enteras para decorar la masa.

Por lo demás, hay quien, como la famosa casa Tortas Ramos (no confundir con la pastelería Ramos) les pone un toque de miel y una masa madre alimentada desde el año de fundación de la primera fábrica, 1932, y quien las aromatiza con vino dulce y un poco de aguardiente, como en la receta que recoge Ana Abellán en su blog 'Me sabe a Málaga'

En algunos casos se les da forma elíptica o cuadrada y se hornean en tamaño familiar, y en otras se hacen redondas para comer individualmente.

Unas son más blandas y elásticas y otras, como las de Damián Ramos y Sebastián, son un prodigio de crujientes y quebradizas.

Parecidas a las tortas de aceite de la Axarquía son las desaparecidas tortas de Torremolinos, cuya fórmula ofrece Reme Reina en su blog Al Sur del Sur. La principal diferencia es que en vez de cualquier otro líquido, estas tortas de aceite llevan leche y se hornean en molde de bizcocho. Quedan más altas y tiernas.

Sin duda, la firma que más tortas de aceite malagueñas ha vendido en la historia es la fundada por Ángel Ramos a principios del siglo XX. Las Tortas Ramos forjaron la memoria sentimental de varias generaciones, y parte de las 30.000 unidades diarias que se siguen fabricando, van a parar a los lugares más remotos vendidas por Internet. Entre las envasadas también son muy famosas y buenas las de Carmen Lupiáñez. Panadería Salvador, pese a haberse especializado en otros productos, elabora unas tortas de formato grande muy ricas, rindiendo homenaje a su origen axárquico.