Estrellas, galaxias

La estrella Michelin conquistada por Dani Carnero para Kaleja se ha celebrado en el mundillo gastronómico malagueño con la emoción de una gran victoria deportiva. Una reacción que no resta, sino que resalta el mérito de la estrella que revalida por décimo año consecutivo José ... Carlos García en su restaurante del Muelle Uno. Cuando García, que logró el primer brillo en Café de París, decidió dejar el restaurante de sus padres para volar solo, algunos le aconsejaron irse a Marbella. Él apostó por su ciudad, entonces lejos de poder considerarse un destino gastronómico. En parte, el cariño que el público local profesa a Dani Carnero viene del hecho de haber logrado hacer cocina con mayúsculas tras la barra de La Cosmopolita, una taberna. Su cercanía contribuyó a que mucha gente de la ciudad dejara de recelar de los restaurantes gastronómicos. Es una gran noticia para Málaga tener dos establecimientos con estrella en la guía, pero en el plantel de los recomendados sin macaron hay nombres de mucho peso, como Cávala, El Candado Golf, La Taberna de Mike Palmer, La Cosmopolita, Palodú, Ta-Kumi, Balausta y las dos nuevas incorporaciones, Beluga y La Cosmo. Pero lo más esperanzador es que otros que se han quedado fuera podrían estar también. Algunos lo harán tarde o temprano, y si otros no lo hacen, será por la fobia de Michelin a la cocina tradicional o de producto. José Carlos García y Kaleja son dos estrellas, pero brillan en una galaxia de restaurantes medios cada vez más dignos y competitivos, y eso es justamente lo que construye un destino. A pesar de que los malagueños tendemos más al descreimiento que al chauvinismo, cualquiera que viaje se da cuenta de que algunas antiguas mecas gastronómicas ofrecen hoy opciones menos excitantes y convincentes que muchas que tenemos en casa. A la hora de recomendar, las listas se vuelven largas. Eso indica que estamos en el camino. Felicidades.