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Es tiempo de vitamina C. Con el otoño llegan las mandarinas, una fruta que además de tener un gran sabor, tiene múltiples beneficios que te contaremos en las siguientes líneas. Hay que prestar atención a varios factores que nos dirán si lo que nos estamos ... comiendo es una buena pieza o no.
Se pueden comer mandarinas de temporada desde comienzos de otoño -o sea, ya- hasta el mes de marzo, todo esto si te las quieres comer en su 'prime', porque realmente son frutas disponibles todo el año. Para elegir las piezas más jugosas se debe tener en cuenta su peso respecto a su tamaño, y la mejor señal de calidad no es tanto el aspecto de su cáscara como su olor, más intenso cuanto más madura está la fruta, así que es un buen comienzo olfatearlas.
Eso sí, creo que todos tenemos claro que nos gustan sin hueso, que realmente son semillas. Buceando en informaciones que nos hagan saber cúal es la diferencia entre ambas hay que destacar que la noción de hueso también se utiliza para nombrar a la parte dura en el centro de algunos frutos, que a su vez también contienen semillas; y de manera general, se entiende como semilla, a lo que colocas en un lugar húmedo y con la temperatura adecuada, logra germinar. ¿Sabes por qué es en el caso de las mandarinas? Lo que hace que tengan esas pepitas incómodas a la hora de comértelas es la variedad de la fruta. Estos cítricos, no todos, ya que depende de su cultivo, son capaces de polinizar sus propias flores, lo que se denomina autopolinización. Al hacerlo con las mismas flores esos cítricos van a tener pepitas en la mayoría de frutos.
Y te preguntarás, ¿cómo las consigo sin hueso? Tienes que pedir clementinas e híbridos de mandarinas, que por sí mismos son autoincompatibles, o sea que su propio polen no es capaz de fecundarlos. Por tanto, cuando están en una plantación aislada no van a producir semilla.
Lo que nos interesa saber es dónde comprar y sobre todo de dónde son las mejores piezas de la provincia. El cultivo de la naranja malagueña y de la mandarina de Málaga se cierne sobre el Valle del Guadalhorce en su mayoría. El cultivo de los cítricos en esta zona tuvo una importancia vital en la comarca durante la Edad Media, ojo, estamos hablando de mucho tiempo. Según informaciones adquiridas del Grupo de Desarrollo Rural del Valle del Guadalhorce, es indudable que sin el impulso dado a la agricultura durante este periodo sería imposible imaginar las grandes extensiones de naranjos y limoneros existentes en Álora, Pizarra, Cártama, Alhaurín el Grande o Coín. El naranjo se amolda muy bien a las características climáticas de la comarca, ya que necesita climas templados y húmedos. La producción de naranjas en Málaga es elevada (puede superar las cuatro toneladas) y da para exportar a otros países. El cultivo de mandarinas, en cambio, es más escaso y se emplea para el consumo local gracias a que es una fruta con tradición en nuestro país por su rico sabor.
Lo que nos gusta también es saber qué podemos hacer con ellas aparte de comernos sus gajos de manera intuitiva. Hay recetas de todo tipo con mandarinas, desde sorbetes a flan pasando por natillas o flan. El sorbete de mandarina es una buena idea para postres o siemplemente como cóctel de tarde para tomar después de una comida pesada o simplemente disfrutar de una conversación en un sitio agradable. Una receta que puedes servir incluso mezclándolo con un poco de cava y le da esa gracia que quizá te apetezca. Para hacerlo, en primer lugar hay que calentar a fuego lento el agua junto al azúcar durante diez minutos. Una vez pasen, apagar el fuego y dejar que la mezcla se enfríe. Montar las claras a punto de nieve y para la nevera. Ahora, batir las mandarinas incorporando las clara y el agua con azúcar y ¡al congelador!
Vamos con otro postre -y uno de mis favoritos-: las natillas. Primero, haz zumo. A continuación, debes pelar jengibre y mezclar todos los elementos en un cazo: el zumo, la piel y el jengibre. Vamos bien. Añade leche y ponlo todo a fuego medio. En un cuenco mezcla yemas de los huevos y el azúcar y dale bien hasta que quede bien homogéneo. Es momento de calentar y retirar nada más empiece a hervir la leche. Tapa y deja reposar hasta que infusione con el jengibre y después, jengibre fuera.
Vierte las yemas de los huevos en el cazo donde está la leche, pon el cazo a fuego lento y remueve hasta que toda la mezcla se quede un poco espesa. Ya queda poco. Coloca la mezcla en un cuenco y deja que se enfríe. Una vez la mezcla se ha enfriado se puede meter en la nevera para conservarlas.
Por último, flan. Para cocinar un flan de mandarina únicamente necesitas mandarinas, huevos grandes, edulcorante líquido y maicena. Exprime las mandarinas, incorpora el resto de ingredientes, microondas y cuando lo tengas todo, ¡a la nevera!
En definitiva, este mes comienza una bonita etapa para consumir este tipo de cítricos que puedes disfrutar en muchas de sus formas. Recuerda que su ingesta es saludable con moderación.
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