Puede que las hayan probado y no lo sepan. Porque es amplia ya la lista de restaurantes que recurren a Kroqueting, una empresa malagueña ... dedicada exclusivamente a la elaboración y distribución de croquetas que pusieron en marcha en 2015 un grupo de jóvenes profesionales formados en la ciudad. Vieron que había una necesidad en el mercado. Desde dentro, trabajando en distintos establecimientos de hostelería. Eso les impulsó a emprender y crear algo inédito hace casi nueve años.
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Ahí siguen, abriendo camino con un catálogo creciente que se acerca ya a la treintena de tipos diferentes de croquetas listas para terminar en casa o en el restaurante. Desde las clásicas de jamón ibérico o puchero hasta las de galleta Lotus con cacao; kinder con chocolate blanco; pollo, mango y curry; choco con salsa de almendras; pulpo a la gallega; berenjenas con miel; o la New York, con bacon, pollo, pepinillos, queso Cheddar y mostaza (la versión croqueta de una de las modalidades de hamburguesa de una conocida multinacional).
Y siguen probando. Aseguran que hoy por hoy su mayor inversión está en I+D. Eso les ha hecho ir creciendo desde abajo, «a velocidad de crucero». El boca a boca ha influido. Pero, sobre todo, desenvolverse muy bien en la personalización de los pedidos. Es uno de sus puntos fuertes, adaptarse a la demanda de cualquier hostelero. Ahí continúan también sorprendiendo. Un ejemplo está en una de sus últimas elaboraciones: tartar de atún rojo en croqueta.
No dejan de idear. Desde las versiones bicolor y tricolor (se identifica perfectamente en el interior cada sabor) hasta el formato donut, que nació por ese afán de superarse, romper y sorprender: «¿Cómo llegamos a ella? Dándole muchas vueltas». Nunca mejor dicho. Además, incluyen en su gama croquetas veganas, vegetarianas y para intolerantes a la lactosa. Todas «cien por cien caseras», voleadas y empanadas a mano en su cuartel general del polígono Guadalhorce.
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Cuidan mucho el proceso, el tiempo de reposo, las temperaturas, los ingredientes… De ahí que los restaurantes que ofrecen sus croquetas las vendan como caseras. No engañan: no las han amasado sus cocineros, pero sí los de Kroqueting. Tanto establecimientos de cocina tradicional como de alta cocina confían ya en ellos. En toda España: desde su Málaga natal hasta otros puntos como Madrid o Zaragoza. También atienden a particulares y están presentes en eventos de todo tipo. Ahora, además, prevén ampliar su ámbito de distribución gracias a un acuerdo con Comercial Galera. Y aún más, avisan de una revolucionaria vuelta de tuerca para primavera.
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