Desayunos con fundamento en Málaga que no te puedes perder

Frente a otros lugares de España, donde el concepto del desayuno se limita a un café con tostada, cruasán o, como mucho, un triste sandwich mixto, en el sur, y en particular en Málaga, la preferencia tiende más al desayuno salado. Desde las tostadas con pan cateto y zurrapa o aceite de oliva virgen extra del interior, hasta la tradición del pitufo o el mollete con mil rellenos que se extiende a toda la provincia, la variedad es inmensa, y hay quien ha hecho de sus especialidades para el desayuno el mejor reclamo para llenar su negocio.

Pocos ganan en originalidad a la propuesta de la Venta Platero, el negocio familiar que dirige Juan Antonio Guzmán Luna. Su desayuno estrella desde hace más de un cuarto de siglo son los huevos fritos con cebolleta y ajitos, un antiguo condumio que la gente de la huerta tomaba para coger fuerzas y que hoy provoca un peregrinaje diario a la venta entre los meses de octubre y junio, época donde el producto estrella del plato, la cebolleta, está en temporada. Por 4 euros, se puede uno meter entre pecho y espalda dos huevos fritos con cebolleta (y si quiere, carne o chorizo), y café. Doña Julia, la madre de Juan Antonio Guzmán, se encarga de darles el punto. Eso sí, no vayan el miércoles, que descansan.

Más de 30 años llevan batiendo huevos cada mañana en La Fragata, un pequeño bar de desayunos en el centro de Málaga que abre solo de lunes a viernes y cuya especialidad son las tortillas de verduras. Lucía Palma, que tomó el relevo de sus padres en el negocio, prepara cada día cinco diferentes en función de lo que haya de temporada. A diario hace la de patatas, la de espinacas y la de pimiento y cebolla fritas. Las otras dos pueden ser de mil cosas: ajetes, habas, alcachofas, setas, acelgas, calabacín o berenjena, patata violeta... Un pitufo de tortilla con un café cuesta 2,60€.

Otros veteranos del desayuno son Antonio García y María José Sánchez, artífices de Los Roper, que llevan desde 1982 en El Palo triunfando con el lomo en manteca, la zurrapa y la carne mechada que elabora María José a diario y en cantidades asombrosas. La pasión de sus clientes les llevó a preparar incluso tarrinas que se pueden comprar para disfrutarlo en casa. El secreto de su receta son buenos ingredientes, un punto perfecto y mucho amor. «Lo hago como si fuera para mí», dice. Precios populares y buena variedad de pan hacen el resto.

Quienes disfrutan con los sabores variados en la tostada tienen un rincón perfecto en La Recova, un establecimiento de aire rústico en pleno centro de Málaga, en los alrededores del Mercado Central. Su imbatible propuesta por menos de 3 euros, consiste en una enorme tostada de pan cateto servida sobre un papelón y acompañada de una variedad de cuencos (5) con zurrapa, chicharrones, sobrasada y hasta mermaladas caseras, una pieza de fruta y bebida a elegir. Y tranquilos, que los veganos también tienen hueco. Su aceite de oliva es de buena calidad, y se completa con tomate en rodajas.

Frente al Mercado de Atarazanas, La Martina evoca aquellas tiendas de antes donde te vendían el bollo de pan relleno de fiambre al peso, pero con mucha más variedad y comodidad. Pablo Barbón presume de una de las charcuterías mejor surtidas de la capital, y ha habilitado mesas para disfrutar los productos allí mismo. Para el desayuno, el sistema es el siguiente: te venden el pitufo de pan (0,40€) y cada cual lo rellena de lo que quiera, incluyendo jamones ibéricos de bellota (o de cerdo blanco), quesos, zurrapa casera y hasta albondigones, guiso de carrillada o pata asada recién hecha, que a más de uno se le antoja por el olor.

El desayuno a medida es uno de los fuertes de Nerva, el bar y casa de comidas familiar que hoy dirige Joaquín Fernández. Panes variados y rellenos de calidad, desde la mantequilla Imperial de toda la vida hasta el jamón ibérico con tomate. Su última propuesta es el formato ‘de desayuno’ de su premiada ensaladilla rusa: en sandwich de pan de molde tierno, y también el sandwich club. Pero, a demanda del cliente, preparan huevos fritos con chorizo o lo que se tercie, y durante los San Fermines ofrecen desayunos navarros para los que no se pierden el encierro en la tele. Un pitufo de jamón ibérico y un café cuesta 4,40€.

En variedad de panes, rellenos y combinaciones de bebidas, pocas cartas de desayuno se pueden medir con la de La Canasta. Más de 10 tipos de sandwiches fríos y calientes y otros tantos de tartines y de pitufos con panes intercambiables (desde 1,40€ a 2,75 €) y tablas con panes a elegir, sin entrar en el terreno de la bollería y de las bebidas.