El Cenachero Teatinos, una cocina de sabor popular

Oscar Díaz lo tuvo claro, una claridad que nunca estuvo exenta de cierta audacia y aventura al ofertar un género con fama de caro. Este Cenachero, el primero de los restaurantes con este nombre que abrieron sus puertas en Málaga, se mantiene en cuanto a decoración y espacio prácticamente inalterable desde sus principios, siendo las mesas situadas en la terraza de la calle las preferidas por la clientela más fiel a su cocina. El interior puede resultar algo más incómodo y ruidoso, pero más auténtico. La figura del vendedor de pescado, que en sus cenachos lleva el producto fresco de la Bahía de Málaga pregonándolo por las calles es un recuerdo de esa Málaga marinera que en su día fue, está muy presente en la decoración del comedor interior.

La cocina se mantiene inalterable y aunque a día de hoy en la carta vamos a encontrar unas pocas elaboraciones más actuales y en consonancia con lo que demanda ese público más joven que visita El Cenachero de Teatinos, lo esencial siguen siendo los pescados pequeños fritos otros, de tamaño mayor, a la plancha y los arroces. Entre sus especialidades no puede faltar la tosta de atún con trufa fresada y algunos revueltos, como puede ser el de sepia con morcilla que no acabo de entender, ni por su combinación, ni sabor, ni tampoco por el punto del huevo, demasiado hecho, ni las almejas con langostinos y crema de nata, una mezcla carente de fundamento para un género de mucha calidad. Veinte años con sus puertas abiertas son muchos y una buena prueba de la aceptación de esta casa entre un público de la zona.

Zamburiñas gratinadas

Las zamburiñas son moluscos bivalvos muy similares a las vieiras que apenas aparecen en los recetarios de la cocina marinera malagueña. Una salsa de holandesa con hinojo y gratinadas son una buena presentación de este marisco en El Cenachero.

Almejas con langostinos

Un exceso de barroquismo, por otra parte bien recibido por los clientes de El Cenachero, son unas almejas acompañadas de unos langostinos flambeados con una salsa de nata y whisky que queda muy difuminada.

Tosta de atún

La tosta de atún es uno de esos platos icónicos de la carta que nunca pueden faltar debido a su gran demanda. Un buen tartar, bien aliñados, descansa sobre una tosta de pan. La trufa por encima de todo resalta el sabor del túnido.

Boquerones fritos

Unos boquerones de calidad y frescos, un aceite en condiciones de conservación y también de temperatura y, lo más principal, el buen ojo del cocinero para saber su momento óptimo de fuego y calor, es el éxito de la fritura de esta casa.