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Un concierto del violonchelista Arnau Tomás en el Museo Picasso, un réquiem a cargo de Música Ficta y Schola Antiqua en el Sagrado Corazón y ... una cena de estrellas en el Balneario, junto al mar de Málaga. ¿Puede haber mejor plan? Pues todo eso ocurrió ayer en la capital gracias al festival Raíces Málaga, un evento cultural y gastronómico que pone en valor el patrimonio a través de la música y la gastronomía y que contó con una cena de gala a 26 manos en la que participaron trece cocineros que acumulan once estrellas Michelin (dos de ellas verdes por su apuesta por la sostenibilidad) y doce Soles Repsol.
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Aunque el elenco musical era complicado de superar, la parte gastronómica no se quedó atrás. Los chefs Benito Gómez (Bardal, en Ronda), Vicent Guimerà (L'Antic Molí, en Tarragona), Mauricio Giovanini (Messina, en Marbella), Kisko García (Choco, en Córdoba), Diego Gallegos (Sollo, en Fuengirola), Javier Jurado (Malak, en Jaén), Pedro Aguilera (Mesón Sabor Andaluz, en Alcalá del Valle), Lola Marín (Damasqueros, en Granada), Diego René (Beluga), Juan José Mesa (Radís, en Jaén) y Sergio del Río (Óleo), y las reposteras Cati Schiff y Puri Daza pusieron el listón por todo lo alto durante un evento celebrado en El Balnerario, en Los Baños del Carmen, otro enclave patrimonio de la provincia.
La primera edición de este festival está organizado por la asociación Gastroarte y cuenta con el patrocinio de la Fundación Unicaja. La cena de ayer –penúltimo acto festivo, ya que para este domingo está previsto un último concierto– contó con 13 pases, que son los mismos que acaba de cumplir (en años) el colectivo de chefs.
El menú elaborado para un centenar de personas arrancó con unas quisquillas marinadas en aceite cítrico con mousse de queso de cabra malagueña preparadas por el chef del restaurante Messina en Marbella y concluyó con un babá, ron especiado y vainilla bourbon elaborado por Puri Daza y Antonio Martín, de la pastelería Daza. La cena fue maridada al completo con productos de Málaga, como un blanco joven de Ronda, un tinto de Moclinejo o un espumoso también de la Axarquía.
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El presidente de Gastroarte, Fernando Rueda, consideraba antes del inicio de la cena que el festival donde se ha aunado música y gastronomía en lugares patrimoniales está siendo «excepcional» a tenor de la afluencia de visitantes con la que han contado todas las actividades (la mayoría gratuitas). «Se ha buscado la calidad y han venido a Málaga algunos de los mejores del mundo en su disciplina», resumía.
En su caso se ha encargado de la parte gastronómica. El primer pase culinario se celebró el jueves en Antequera, en el restaurante Arte de Cozina, donde la chef Charo Carmona, una virtuosa de la cocina de antaño, elaboró un menú de 16 pases recordando cómo fue la comida del siglo XVIII que dejó maravillados a 40 comensales.
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El de ayer, por su parte, sirvió para reunir bajo un mismo techo y las estrellas de Málaga (aunque el cielo estuviera algo cubierto), a algunos de los mejores cocineros de la región. Fue, además, el evento número 33 que celebra Gastroarte en Andalucía. De hecho, tras la cena se entregó a Pedro Aguilera, del Mesón Sabor Andaluz, en Alcalá del Valle, la placa que se entrega a los nuevos miembros de la asociación.
Para los cocineros también supuso un evento especial, ya que les permite reencontrarse, compartir cocina y confidencias. En la cocina del Balneario trabajaron alrededor de 25 personas, mientras que en la sala había doce además de cuatro alumnos de la escuela La Cónsula.
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Mauricio Giovanini, del restaurante Messina, aseguraba que en estos eventos disfrutan tanto los asistentes como ellos. «Es el momento de compartir con los compañeros», resumía. De forma similar se expresaba Vicent Guimerá, del restaurante L'Antic Molí, el que venía desde más lejos: «En estos encuentros se establecen sinergias y se conocen proyectos nuevos».
Antes de la cena, el festival tuvo dos puntos de atención: el auditorio Christine Ruiz-Picasso del Museo Picasso y la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. En el primer enclave actuó el violonchelista Arnau de Tomás, uno de los profesionales más versátiles y polifacéticos de su generación, que trajo a Málaga tres de las seis Suites para violonchelo solo de J.S. Bach. En el templo neogótico, por su parte, actuaron Música Facta y Schola Antiqua, que interpretaron 'Un réquiem para la eternidad' creado por Tomás Luis de Victoria en 1605.
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El Festival Raíces Málaga tendrá este domingo su broche de oro con un último concierto del grupo La Ritirata en la Sala Fundación Unicaja María Cristina. Fundado por Josetxu Obregón, cerrará el ciclo con un homenaje a Luigi Boccherini, figura clave del clasicismo. El programa comenzará a las 12 horas con un la interpretación de músicas cortesanas y palaciegas del barroco español, entre las que se incluirán tríos, cuartetos y quintetos, destacando La música nocturna de las calles de Madrid, una obra que captura la vibrante vida d ela capital en el siglo XVIII.
El Festival Raíces Málaga, que celebra su primera edición, comenzó el pasado jueves en Antequera y ha contado con seis eventos musicales y dos gastronómicos en diferentes espacios que son patrimonio de la provincia. Arrancó con un almuerzo en el restaurante Arte de Cozina y un concierto del Cuarteto Quiroga en el Real Monasterio de San Zoilo y concluirá este domingo con el referido recital de La Ritirata. Organizado por Gastroarte, cuenta con el patrocinio de la Fundación Unicaja.
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